Castellfollit de la Roca es un tranquilo municipio que pertenece a la comunidad catalana, y que se encuentra situado dentro de la provincia de Girona, en una de sus más emblemáticas comarcas, La Garrotxa.
Se trata de una pequeña población en la que viven un millar de habitantes, y que se sitúa a casi 300 metros de altitud sobre el nivel del mar. Pertenece al partido judicial de Olot, municipio del que dista tan sólo 8 kilómetros.
Se halla situada encima de una impresionante pared basáltica formada a lo largo de los siglos por restos volcánicos. Dicha pared tiene más de 50 metros de altura y más de uno de longitud, y en lo alto de la misma podemos contemplar sus casas colgando. Es, sin lugar a dudas, uno de los pueblos más pintorescos de esta comunidad, además de ser el más pequeño de la provincia y uno de los más pequeños de toda la península, ya que su término municipal tiene una extensión de tan sólo 1 kilómetro cuadrado.
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La localidad se encuentra situada entre los ríos Toronell y Fluvià, que confluyen dentro de su término, levantándose entre ellos la mencionada pared basáltica, cuya imagen, con la iglesia y casas asomándose al vacío, se ha convertido en todo un símbolo del municipio.
Castellfollit de la Roca es un destino ideal para los aficionados al turismo rural y para los amantes de la naturaleza, ya que, además de los atractivos que el pueblo ofrece, se encuentra en un bellísimo entorno, dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa, un espacio protegido con un gran valor ecológico y medioambiental.
De origen medieval, su casco antiguo mantiene la estructura y construcciones de antaño, con callejuelas estrechas y umbrías, que desembocan en plazas, entre ellas la conocida como Plaza de Josep Pla, un auténtico mirador con una panorámica impresionante. Aqui se encontraba en otras épocas el cementerio, aunque fue trasladado a las afueras de la localidad a mediados del pasado siglo XX.
Llama la atención además el pavimento de la localidad, que es de basalto. Cabe comentar aquí que en Castellfollit de la Roca existe la única cantera de basalto en activo de todo el país, cuya antigüedad no se conoce a ciencia cierta, teniéndose la primera constancia de su existencia en el año 1887.
Una de las obras más destacables de la localidad es su Iglesia Parroquial, que, como hemos dicho, se halla encima de la pared de basalto. Está consagrada a Sant Salvador, y es de una gran antigüedad, aunque no se conoce con exactitud en que año fue construida. Lo único cierto es que ello ocurrió antes del siglo XIII. Ha sido reformada varias veces a lo largo de estos siglos, y su apariencia actual es renacentista, destacando una antigua ventana que aún conserva su original estilo románico. Otro punto de interés es su campanario cuadrado, encima del cual hay una cúpula con pilastras.
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Castellfollit de la Roca tiene dos peculiares museos, ambos muy interesantes, que no debemos dejar de visitar. Uno de ellos fue inaugurado en el año 2003, el Museo del Vietnam, en el cual se expone una gran cantidad de material bélico del que fue usado por los Estados Unidos durante este conflicto. Incluye insignias, trajes, y una colección de más de 400 fotografías. Se trata del único museo de esta temática que encontraremos en todo el continente europeo.
El segundo de estos museos podemos decir que es más “local”. Se trata del Museo del Embutido, un producto muy destacable de la comarca de La Garrotxa, de una gran calidad. En el museo podremos ver diversas herramientas usadas a lo largo de los años para su elaboración, así como máquinas, fotografías y otros objetos relacionados. También hay en él una tienda, en la que podemos adquirir los más tradicionales embutidos de la comarca, como el fuet, el salchichón o la butifarra.
Quienes se encuentren en Castellfollit de la Roca en sábado, podrán recorrer el mercado que se instala en el pueblo, con paradas en las que podremos encontrar todo tipo de objetos, destacando sus frutas y hortalizas, de gran calidad.
A 4 kilómetros de la localidad se encuentra otro atractivo monumento, el Santuario del Cós, al que podemos ir andando, ya que se trata de un agradable paseo y durante el recorrido podremos ver hermosos rincones. El Santuario está situado a casi 600 metros de altitud, lo que nos permite disfrutar de unas espectaculares vistas de la comarca, y consta de dos edificios, uno de ellos el castillo, construido en el siglo XI, y el otro la Iglesia del Clós, que fue levantada unos años más tarde, ya a principios del siglo XII, y que recientemente ha sido restaurada.
Por supuesto, una visita casi que podríamos decir que obligatoria, es la que podemos hacer por el Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa, un espacio con una extensión de 12.000 hectáreas con unos parajes muy peculiares, donde podremos contemplar más de 40 conos volcánicos, así como unas 20 coladas de lava. La mayor parte de su territorio está cubierto por frondosos bosques.
Muy cerca de la localidad encontramos otro espacio protegido de gran belleza, el Espacio de Interés Natural de la Alta Garrotxa, cuya extensión es de 33.000 hectáreas, con unos paisajes abruptos y frondosa vegetación, donde encontraremos algunos edificios de interés esparcidos por el territorio, como masías o ermitas.
Podemos también aprovechar la ocasión para visitar algunas de las localidades vecinas, las cuales nos ofrecen todas ellas grandes atractivos, como Olot, que ostenta la capitalidad de la comarca, Besalú, que nos ofrece su gran legado medieval, Sant Joan Les Fonts, con su hermoso monasterio románico y un entorno natural maravilloso, o Banyoles, con su famoso lago.
