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La Catedral de Zamora, símbolo de identidad de la ciudad

Catedral de Zamora

El paso del tiempo y la historia han dejado en la ciudad de Zamora, a lo largo de los siglos, una profunda huella, en forma de un patrimonio arquitectónico impresionante, un legado de una gran riqueza, especialmente durante el período comprendido entre los siglos X y XIII, en que la capital vivió una época de esplendor, su “siglo de oro”, reuniendo sobre todo un importante conjunto de obras románicas que está considerado como uno de los más importantes del continente, en dicho estilo.

Debido a su enclave, encima de una meseta rocosa de unos 30 metros de altura, la llamada “peña tajada”, a orillas del río Duero y en parte rodeada por sus murallas, la ciudad es conocida también con el nombre de “la bien cercada”, y cabe destacar la riqueza artística de su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico.

Zamora Catedral exterior

Son muchas las obras interesantes que podemos ver en la capital zamorana, algunas de las cuales podemos incluso calificar de majestuosas o espectaculares, como su Iglesia de San Pedro y San Ildefonso, su Iglesia de la Magdalena, su Castillo o el Palacio de Doña Urraca, entre un sinfín más de construcciones monumentales. Entre todas ellas, hay una que sobresale de una manera especial. Se trata de su impresionante Catedral, construida a mediados del siglo XII y declarada Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural.

Puede considerarse que los impulsores de la construcción de este templo fueron el entonces rey de León y Castilla, Alfonso VII, hijo de doña Urraca, juntamente con su hermana Doña Sancha.

La Catedral de Zamora está consagrada al Salvador, y fue construida en tan sólo 23 años. El hecho de haber sido levantada en un tiempo tan breve hizo posible que el edificio gozase de una unidad de estilo que no es fácil de conseguir en las construcciones de esta envergadura, que suelen alargarse durante años, recibiendo por este motivo influencias de diversos estilos. El estilo de esta catedral se encuentra dentro de las normas borgoñonas, aunque tiene unas claras influencias cistercienses.

Cúpula Catedral Zamora

En el proyecto estaba previsto que esta iglesia dispusiera de tres torres, pero finalmente se construyó solamente una. Además, lo que en un principio fue un edificio con tres naves, fue sufriendo diferentes reformas a lo largo de los siglos, distando actualmente bastante de la construcción original. Así, en el siglo XV sufríó un importante cambio al ser sustituida su cabecera por otra de estilo gótico, y entre los siglos XVI y XII fue reformado también el claustro.

Aunque, por supuesto, todas las partes de la Catedral son de una gran belleza y muy interesantes desde el punto de vista artístico, para muchos el principal elemento de la Catedral de Zamora lo constituye su cúpula, lo que en arquitectura, especialmente en la religiosa, recibe el nombre de cimborrio. Alrededor de dicho elemento existe una disparidad de opiniones, ya que mientras unos lo consideran de estilo bizantino, otros tienen la opinión de que es de estilo francés. Sea como sea, esta cúpula, decorada exteriormente con escamas, fue todo un referente en posteriores construcciones, tratándose de una obra genial y de gran belleza, que con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo en todo un símbolo de la ciudad.

Cúpula por dentro catedral zamora

Los cambios han afectado también otros elementos, como su retablo mayor, que ha sido reemplazado en 4 ocasiones. El original, de estilo románico, fue reemplazado a finales del siglo XV por otro de estilo gótico, obra de Fernando Gallego, prestigioso pintor representante de la escuela hispano-flamenca. Éste, a su vez, fue sustituido por otro de estilo barroco a principios del siglo XVIII, del escultor Joaquín Benito Churriguera, el cual sufrió daños a mediados del mismo siglo causados por el terrible terremoto que destruyó la ciudad de Lisboa, por lo que fue vendido, poniéndose entonces en su lugar el que podemos contemplar actualmente, hecho de mármol y bronce dorado, todo un ejemplo de neoclasicismo, obra del arquitecto madrileño Ventura-Rodríguez.

Interior Catedral Zamora

Otro de los elementos de los más destacables del templo lo constituye su puerta, toda una muestra del románico español, con sus columnas estriadas y sus cornisas, de una gran belleza. También es muy interesante el coro, con una sillería que fue encargada a Juan de Bruselas a principios del sigl XVI. Tras dos años y medio de trabajo, el artista puso fin a su labor, habiendo realizado un valioso conjunto formado por 36 sillas bajas y 49 sillas altas, con algunas diferencias entre ellas según fuera la jerarquía o rango de la persona que debía ocuparlas. La ornamentación de las sillas se basa en figuras relativas al Antiguo y al Nuevo Testamento.

Puerta Catedral Zamora

Actualmente, la Catedral de Zamora acoge en su interior el Museo Catedralicio, el cual fue inaugurado a principios del siglo XX. Se puede acceder a él desde el mismo claustro, y en el mismo se exponen un gran número de obras que proceden no sólo de la propia Catedral sino también de otras parroquias e iglesias de la diócesis.

De las obras expuestas al público, una de las más destacables es una importante colección de tapices flamencos, algunos de ellos de un valor histórico incalculable. Entre ellos podemos citar el de Tarquino Prisco, uno de los primeros reyes de Roma, una gran obra maestra que data de finales del siglo XV, un maravilloso tapiz que fue tejido en Flandes. O los que reflejan la historia de Aníbal, tejidos en la segunda mitad del siglo XVI por François Geubels, un artista oriundo de Bruselas.

Tapices Catedral Zamora

Entre el resto de obras que guarda el museo sobresalen otras como unas tablas donde vemos la aparición de Cristo resucitado a María Magdalena, obra del artista Fernando Gallego, que data de finales del siglo XV. O una custodia procesional de Pedro de Ávila, de principios del siglo XVI, donde hay una valiosa imagen de la Virgen con el Niño y San Juan, de la cual no se conoce a ciencia cierta al autor, pero que se atribuye casi con seguridad al artista Bartolomé Ordóñez, y que está construida con mármol blanco de Carrara.

Las visitas a la Catedral y al Museo Diocesano tienen lugar simultáneamente, en el mismo horario, que es de mañana y tarde, de lunes a domingo. En puentes y fechas especiales como la Semana Santa el horario suele ser ininterrumpido, no cerrando al mediodía.

Para quienes deseen aprovechar para conocer todo el rico patrimonio de la ciudad de Zamora, además de su Catedral, disfrutando al mismo tiempo de la oferta cultural y de ocio que esta capital ofrece, tiene además la posibilidad de alojarse en algunas de sus prestigiosos establecimientos de turismo rural, en plena naturaleza pero cerca de la ciudad, lo que le permitirá conocerla pero en un entorno tranquilo, apartado del ajetreo propio de las ciudades.

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