En la provincia de Tarragona, dentro de la comunidad catalana, se encuentra la localidad de Gandesa, ubicada en los hermosos parajes de la Terra Alta, de la cual ostenta la capitalidad.
Se trata de un municipio muy conocido por su prestigioso vino, y en él se ubica el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Terra Alta. Aquí debemos destacar su Bodega Cooperativa Agrícola, un bello edificio de estilo modernista declarado Bien de Interés Cultural, y que no debemos dejar de visitar si decidimos viajar por la zona.
Gandesa tiene un legado histórico entre el cual encontramos obras como su Iglesia de la Asunción, en la que destacan algunos elementos de estilo románico, o como su llamado Palacio del Castellano, que pertenece, teniendo en cuenta los elementos arquitectónicos que lo componen, a los siglos XIII o XIV. En sus afueras podemos visitar también su yacimiento arqueológico ibérico, conocido con el nombre de Coll del Moro.
Pero es en su patrimonio natural donde encontraremos un verdadero tesoro, un paraje de una gran belleza que podemos calificar como de un pequeño paraíso. Se trata de la Fontcalda.
La Fontcalda se ubica en las afueras de Gandesa, dentro de su término municipal, concretamente a 13 kilómetros. Se trata de un espacio encajonado entre la Sierra de Cavalls y la Sierra de Pándols. Precisamente en esta última, desde la que se puede disfrutar de una espectacular panorámica de la comarca, podremos ver el Monumento a la Paz, un homenaje a todos quienes murieron en la ya mencionada Batalla del Ebro.
Foto Vía: Flickr
La Fontcalda se encuentra en el río Canaletes, en un punto en que éste se encajona formando un cañón y haciéndose más estrecho. Allí, las aguas de dicho río forman un escenario impresionante, ya que forman varias pozas de agua cristalina en las que podemos bañarnos, en un entorno maravilloso rodeado de vegetación y montañas, que nada tiene que envidiar a muchos de los que tan atractivos encontramos pertenecientes a países lejanos y tropicales.
Este atractivo enclave recibe el nombre de Fontcalda, que en castellano quiere decir “fuente caliente”, precisamente porque en él, en concreto en el margen izquierdo del río Canaletes, hay una fuente termal, conocida como “Font dels Xorros”, cuya agua sale a 28º, y a la cual se le atribuyen propiedades medicinales. Son de una gran riqueza en cuanto a minerales, conteniendo cloruro sódico, cloruro cálcico, sulfato magnésico y carbonato cálcico. Se asegura que, entre otras dolencias, son unas aguas muy beneficiosas para combatir las herpes.
La zona, además de su fuente y de sus pozas, ofrece otros atractivos, siendo uno de los más importantes el Santuario de la Fontcalda, lugar de peregrinaje, junto al cual se ubicaba el antiguo balneario, escondido entre estos frondosos parajes y que suele atraer a muchos excursionistas. En este balneario fueron explotadas antaño las aguas termales de la fuente, en concreto a partir del siglo XVIII.
El edificio del Santuario, sin embargo, tiene su origen muchos siglos antes. De hecho, su historia empieza en el siglo XIV, en que fue habitado por frailes trinitarios. Se convirtió en un lugar de retiro espiritual. Allí solían pasar la noche muchos Caballeros Templarios que venían del Castillo de Miravet. Según se cuenta, al estar enclavado el edificio en un valle muy escondido, rodeado de montañas y de difícil acceso, fue usado también por algunos de estos Caballeros del Temple de Cataluña para esconderse en él, cuando la Orden fue perseguida y eliminada.
A pesar de que data del siglo XIV, el templo actual procede del siglo XVIII, en que fue construido un nuevo santuario, de estilo neoclásico, por iniciativa de Mossen Antoni Soler. Tiene una sola nave, destacando sus capillas, dos a cada lado, así como el coro, que se encuentra situado sobre la entrada. En el altar mayor podremos contemplar unas valiosas pinturas, obra del artista Josep Lahosa.
A mediados del siglo XIX se levantó el balneario, la hospedería y un restaurante, llegando entonces la época de esplendor en el lugar, al que acudían un gran número de visitantes y de pacientes, De hecho, llegó a tener 4 edificios destinados a hospedería y más de 50 habitaciones, y los baños se tomaban en tinas portátiles. A principios del siglo XX el balneario había conseguido un gran prestigio y renombre.
En cuanto a la plaza en la que se encuentra ubicado el Santuario, no se construyó hasta el año 1982. Actualmente, en el lugar encontraremos el santuario y un restaurante, el cual hemos de tener en cuenta que sólo abre durante unas semanas al año, concretamente en los meses de verano, permaneciendo cerrado el resto del año. En la zona se ha habilitado sin embargo un área recreativa, con un espacio en el que podemos hacer un picnic, y en el cual se han instalado mesas y barbacoas, así como una zona de juegos infantiles. Cabe comentar también que encontraremos aparcamiento en el lugar.
Los aficionados al senderismo, así como a las rutas o paseos en bicicleta o a caballo, han de saber que junto a la Fontcalda pasa la Vía Verde de la Terra Alta, reservada para ellos.
Para quienes les gusta participar de este tipo de eventos, han de saber que cada año, el primer domingo del mes de mayo, tiene lugar una concurrida romería hasta el Santuario de la Fontcalda.
