Como todos los años, el primer viernes de septiembre se celebran las jornadas medievales de Ávila. La ciudad de Ávila se viste de gala con una imagen medieval llena de puestos y tenderetes, haimas, olor a incienso, pasacalles, juglares, cuentacuentos, caballeros y doncellas, donde se puede disfrutar de multitud de actividades relacionadas con la edad media: Teatros, desfiles, torneos medievales, y demás actividades que copan un extenso programa que se desarrolla por diferentes lugares de la ciudad y que cuenta con un programa donde se detallan el horario de cada una de las actividades relacionadas con el mundo medieval.
Desde Madrid capital, Ávila se encuentra a tan sólo una hora y algo en coche, por lo que sobre se puede llegar sobre las 11 de la mañana y así evitar luego quebraderos de cabeza a la hora de aparcar. Recomendamos no meterse en el casco viejo, sino buscar aparcamiento por fuera de la muralla.
Otra opción, es alojarte en una casa rural en Ávila y disfrutar de un espléndido fin de semana, pudiendo ver muchas más actividades y de una manera más sosegada.
Ya nada más llegar, vemos toda la muralla de Ávila con estandartes de la época y engalanadas con motivos medievales.
Y ya al adentrarnos en el casco viejo, te encuentras envuelto en la época del medievo, con pasacalles, desfiles y multitud de puestos de artesanía, especias, quesos y embutidos.
Nos acercamos a la zona de Atrio San Isidro donde se celebra un torneo medieval que realizan unos especialistas y que atrae una gran cantidad de público, por lo que es recomendable estar un poco antes para poder coger un buen sitio y disfrutar del espectáculo.
Pruebas de lanza y puntería de la época.
Lanzamiento de lanza sobre el caballo.
Y por supuesto, lucha entre caballero medievales.
Para almorzar, puedes ir parando en los diversos puestos del mercado medieval y comer unos pinchos, o buscar un restaurante para disfrutar de platos típicos de Ávila como son las famosas patatas revolconas o el chuletón de Ávila. En algunos sitios cuentan con menús degustación.
Como siempre, intentar evitar las horas punta o reservar con antelación en un restaurante, para no tener problema.
Por la tarde nos acercamos a los Jardines de San Vicente donde se realizaba una exhibición de los arqueros abulenses por categorías.
Demostrando una sensacional puntería desde los zagales hasta los más veteranos.
Para terminar la exhibición, multitud de arqueros se subieron a las murallas y tiraron una lluvia de flechas hacia el público, lógicamente con la punta de la flecha protegida con una goma espuma, que podrán tener como recuerdo los afortunados que logren atraparlas.
Muy cerca de aquí, también pudimos disfrutar de una exhibición de cetrería.
Cae la noche y el encanto del mercado medieval se centra en las luces y calles iluminadas del casco viejo, que nos invita de nuevo a recorrer los diversos tenderetes y puestos del mercadillo.
Ya al tomar el camino de vuelta, podemos apreciar la bella estampa nocturna de la ciudad amurallada de Ávila.
En definitiva, unas jornadas medievales muy recomendables de visitar.