La Ribeira Sacra, ubicada al sur de la provincia de Lugo y al norte de la de Ourense,y donde no sólo podremos disfrutar de uno de los paisajes más bellos de toda Galicia, sino que detectaremos enseguida que en ella se respira además una espiritualidad difícil de explicar con palabras.
Y es que la Ribeira Sacra está marcada por algunos factores, como el gran número de conventos y monasterios diseminados por sus tierras, poseyendo un legado en cuanto a arquitectura religiosa de un enorme e incalculable valor.
Otro de los factores que marca esta comarca es el río Sil, que discurre tranquilamente por ella encajonado entre montañas, y que ha ido cambiando el paisaje a lo largo de los siglos, debido al efecto de la erosión de sus aguas, formando unos cañones tan majestuosos e imponentes que dejan sin habla a aquél que hasta allí se acerca. Y es que el escenario que allí veremos, en el que se unen naturaleza y espiritualidad formando un todo, es espectacular.
Para apreciar en toda su belleza los Cañones del Sil, nada mejor que verlos desde su mismo interior, lo cual es posible gracias a la existencia de un servicio de catamaranes que organizan recorridos por el lugar.
Una de las rutas es la que es conocida como de los Cañones Superiores, para lo cual deberemos ir hasta la llamada Presa de Santo Estevo, situada en el término municipal de Nogueira de Ramuín. El embalse en cuestión lo encontraremos a 3 kilómetros de dicha localidad, ubicado en la parte central de los cañones. Una vez allí, nos dirigiremos hasta su embarcadero, que es el punto de salida y llegada de los catamaranes.
Una vez el catamarán parta del embarcadero, no tardaremos en introducirnos en los llamados Cañones Superiores, que es el tramo más espectacular, y que no se pueden ver de manera plena si no es desde una embarcación.
El recorrido es de unos 13 kilómetros, los mismos que miden estos cañones, y no dejaremos de sorprendernos durante el recorrido ante la majestuosidad y espectacularidad del paisaje. En todo momento estaremos informados de los puntos por los que vamos pasando, ya que el catamarán dispone de un guía que nos informará de cada detalle.
Una vez pasados los cañones, veremos que el paisaje se abre, asombrándonos de nuevo al ver ante nuestros ojos un buen número de viñedos que se extienden en las laderas de las montañas, y que aquí reciben el nombre de “socalcos”. Estos viñedos son los mismos que en el siglo I plantaron los romanos que se asentaron en estas tierras, y que más tarde siguieron cultivando los monjes que vivían en los conventos y monasterios que hoy podemos ver repartidos por la comarca. Hoy tienen la Denominación de Origen “Ribeira Sacra”.
Si alguna vez nos hemos preguntado el motivo de que los monjes buscaran un enclave para vivir tan solitario y apartado, no cabe ninguna duda de que, durante la hora y media que dura el trayecto, vamos a ser plenamente conscientes de qué fue lo que les empujó a ello, al contemplar la belleza, la tranquilidad y paz y la magia que se respira en estas tierras.
Una vez hayamos podido contemplar los citados viñedos, el catamarán emprenderá la vuelta hasta el punto de partida, el embarcadero de la Presa de Santo Estevo, pasando nuevamente por los Cañones superiores.
Cabe comentar que, en cuanto a los Cañones Inferiores, se pueden ver haciendo un recorrido por carretera. Para ello, deberemos dirigirnos hasta la pequeña localidad de Os Peares, un enclave considerado como la entrada a la Ribeira Sacra, que se encuentra en la frontera entre las provincias de Orense y Lugo. En este tranquilo pueblo, el río Sil vierte sus aguas en el Miño.
A partir de este maravilloso lugar, se coge una carretera que discurre a lo largo de 12 kilómetros junto a los Cañones Inferiores, y que nos permitirá contemplar durante el recorrido también paisajes inolvidables y de gran belleza, hasta llegar al final del trayecto, que es la Presa de Santo Estevo, punto central como hemos dicho de los cañones.
