El día amanecía espléndido y tomamos rumbo a Rascafría, para llegar temprano al parking que hay situado justo al lado del Monasterio del Paular, el cual no es excesivamente grande. No obstante hay otro parking en la zona de Las Presillas.
En frente del monasterio, cruzando la carretera, llegamos al Puente del Perdón, el cual nos adentra en una de las rutas verdes del Parque Natural de Peñalara.
A mano izquierda y entrando en una finca privada, pero que se permite el acceso, tenemos el Bosque Finlandés, pero decidimos dejarlo para la vuelta, para aprovechar la caída del sol.
Seguimos por una pista de asfalto que nos indica un cartel para ir a la Cascada del Purgatorio, aunque antes llegaremos a la zona conocida como Las Presillas donde hay una gran zona verde ajardinada donde puedes darte un agradable paseo. Además en las cercanías hay una cafetería para tomar un refrigerio.
Decidimos continuar porque el camino es largo, no en vano son 6 km ida y 6 km vuelta. El recorrido es sencillo y se puede hacer con niños, porque te puedes ir parando en diversos lugares a lo largo del recorrido.
Fuimos con varios niños siendo los más pequeños de 4 años y aguantaron como unos campeones. Te puedes ir asomando a rincones con mucho encanto como este puente.
En todo momento, la ruta viene correctamente señalizada.
Aquí viene la parte más árida del recorrido, no porque la pista ya sea de tierra, sino porque se les hace algo pesado a los niños al “desaparecer” de nuestra vista el río. Cogemos un desvío hacia la izquierda que nos indica una señal hacia la Cascada del Purgatorio.
A partir de ahí quedan 3,5 km para llegar a ella, pero antes llegamos a un pequeño prado vallado y a un puente que cruza el río.
Además, aquí pude fotografiar esta preciosa rana.
El paisaje y el camino cambian de repente. El camino se estrecha y se vuelve algo pedregoso, pero el río tiene rincones preciosos.
Aquí es donde mayor cuidado hay que tener, sobre todo con los niños. Un resbalón o una mala caída es fácil tenerla.
El río cada vez está más agitado, con rápidos y pequeños saltos de agua..
El paisaje se vuelve más rocoso, pero nos faltan tan sólo unos metros para llegar a la Cascada del Purgatorio.
Y por fin legamos al final de la ruta. Hay una pequeña plataforma de madera para poder observar la Cascada.
Ahora toca deshacer el camino andado. Pero el atardecer hace que el calor sea llevadero y no sea agobiante. Llegamos a Las Presillas nuevamente y algunos del grupo que íbamos prefieren descansar tomando algo en la cafetería que hay allí y otros, quisimos aprovechar para acercarnos al Bosque Finlandés al atardecer. Aquí os dejamos una bella estampa.
Y sin más y tras pasar todo el día por la zona, regresamos al parking donde habíamos dejado el coche. Mi recomendación es que si no quieres andar mucho, puedes visitar el Monasterio, el Bosque Finlandés y la zona de Las Presillas, y puedes llevar un carrito de bebé sin problemas. Pero si quieres llegar hasta la Cascada del Purgatorio, el último kilómetro y medio no es apto para carritos.
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