Casas rurales en Menorca

gustan de la tranquilidad o su objetivo durante las vacaciones es el descanso, ya que en ella pueden disfrutar de las transparentes aguas de sus calas y playas pero sin el bullicio que se da en otras zonas del archipiélago o en la mayoría de poblaciones costeras.

Menorca está llena de tranquilas calas, algunas de ellas semi-vírgenes por ser inaccesibles en coche o incluso sólo accesibles por mar. A quienes les guste la soledad no les será nada difícil encontrar algún rincón que cumpla sus expectativas.

Son tantas las playas y calas de la isla que sería imposible enumerarlas. Podemos citar, como algunas de las más bellas, Cala Turqueta, una playa que podríamos calificar de virgen llamada así por sus aguas de color turquesa, Cala Macarella, una de las más emblemáticas de la isla y que muchos conoceremos a buen seguro porque es muy frecuente en las postales que se comercializan, o Es Talaier, una de las calitas más pequeñas y escondidas, cerca de Cala Turqueta.

Los mayores núcleos urbanos de Menorca son Mahón y Ciudadela, dos bellas poblaciones que no debemos dejar de visitar durante nuestra estancia en la isla.

Hay otras localidades muy atractivas, como Binibeca, con calles estrechas y sus casitas blancas de pescadores junto al mar, una población con un gran encanto. O como Fornells, un pueblo marinero con una de las más bellas playas de Menorca, un conjunto que no debemos tampoco dejar de contemplar.

Otros lugares de interés en la isla los encontramos en la llamada Cova d’en Xoroi, situada al sur, en la Cala en Porter. Se trata de una cueva que se halla en un alto acantilado, en la que hay un bar por el día y por la noche una discoteca, con terrazas a diferentes alturas desde las cuales se puede disfrutar de unas vistas impactantes.

También podemos ir a Monte Toro, el punto más alto de la isla con sus más de 350 meteros de altitud. En su cima podremos visitar el Santuario de la Virgen de Monte Toro, que guarda en su interior una valiosa talla de madera de dicha Virgen. El lugar es un mirador excepcional, desde el cual podemos incluso divisar la isla de Mallorca.

La Albufera des Grau es otro de los lugares aconsejables de ver, un parque natural de más de 5000 Hectáreas, paraíso de las aves acuáticas. O el Faro de Favàritx, que fue levantado a principios del siglo XX, y para cuya construcción se utilizó la misma roca en la cual se asienta, y que llama la atención por ser un paraje muy diferente al resto de la isla, un paisaje que algunos incluso han calificado de “lunar”.

Uno de los atractivos de la isla es, sin duda, su gastronomía. Antes de la vuelta no podemos dejar de probar alguno de sus famosos platos, como la exquisita caldereta de langosta, sus berenjenas rellenas o su sepia con guisantes. Sin olvidar alguno de sus productos más típicos, como su prestigioso queso, la sobrasada o las butifarras negra y blanca.

De su repostería destacan los crespells, los carquinyolis menorquines, la coca bamba o la coca de tomate. Y en cuanto a sus bebidas es muy destacable el gin de Menorca, que trajeron los ingleses a la isla en el siglo XVIII, así como la ratafía menorquina.