Finca la Ramallosa es un alojamiento versátil, de auténtico sabor rural situado en medio del campo y en plena Sierra de Gata. Está formado por cinco alojamientos que en otro tiempo fueron las casas del servicio. Viviendas centenarias que conservan materiales y estructura originales, pero que se han restaurado para convertirse en sitios
... acogedores y cómodos.
Así la capacidad total de este complejo es de 24 personas, distribuidas en 5 caseríos, todos con chimenea y una decoración única:
LOS ALCORNOQUES Y LOS OLIVOS (2 plazas)
Extraordinarios alojamientos para dos personas, de corte romántico tienen una habitación doble, salón con chimenea y baño completo.
LAS ENCINAS, LOS ROBLES Y LAS JARAS (4 plazas)
• 1 Habitación doble
• 1 Habitación con cama de matrimonio
Se trata de casas con una decoración única que han sabido respetar piedra y madera de otro tiempo, generando una atmósfera especial.
Una estupenda piscina con iluminación nocturna y su increíble terreno de 130 ha permiten la realización de todo tipo de actividades, como comidas al aire libre, paseos por la dehesa… en un entorno de absoluta tranquilidad.
Uno de los servicios más destacados de la finca es su cocina. Existe la posibilidad de encargar comidas y cenas, elaboradas en la propia casa con productos naturales de la tierra y de su propia finca.
Mermeladas y magdalenas caseras para el desayuno, pic-nic para comer junto al río y cenas tradicionales con los mejores productos y el aceite de oliva elaborado con los olivos de la misma finca.
Desde la propia casa se ofrece la posibilidad de realizar todo tipo de actividades, rutas a pie, rutas y clases a caballo, paseos en quad…
Pero fuera de la finca un mundo de oportunidades se abre al visitante. La comarca es una de las más ricas de la provincia y uno de los lugares más vírgenes de todo el país. Montañas diversas y los ríos Arrago y Erjas conforman un paisaje espectacular y de alto valor ecológico.
Los pueblos de la zona son muy populares por su excepcional estado de conservación, su situación de aislamiento ha propiciado incluso la pervivencia de dialectos propios, como el Fala. San Martín de Trevejo es uno de ellos, pero en este sentido también merece la pena visitar localidades como Torre de Don Miguel o Robledillo de Gata.
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