A unos 50 kilómetros al oeste de la capital burgalesa se encuentra el hotel La Cachava, un antiguo caserón reformado y reconvertido en un hotel entrañable donde podrá relajase sentado al calor de la chimenea, bien leyendo un libro, bien charlando con buenos amigos, o jugando en alguno de sus salones con los más pequeños, o si el tiempo lo
... permite, disfrutando del aire fresco burgalés. El hotel, que recientemente ha sido reformado, aprovecha la nobleza de la madera y la piedra como materiales de construcción, que unidos a los muebles rústicos, cómodos sillones y sofás harán sentir al viajero la comodidad de su propio hogar, a la vez que las sensaciones del mundo rural.
Cuenta con:
• 10 habitaciones en total;
• 2 con camas de matrimonio
• y 8 con dos camas, si bien todas son grandes y alguno de los dormitorios están configurados con las dos camas unidas en el centro.
• El salón comedor tiene capacidad suficiente para acoger con holgura la totalidad de inquilinos del hotel.
La Cachava es el nombre usado para el clásico bastón con cabeza curvada que usan los peregrinos que hacen el camino de Santiago, como no, el hotel la Cachava está situado en Castrojeriz, pueblo que contiene la travesía más larga que deben hacer los peregrinos que van camino de Santiago de Compostela. Sin lugar a dudas es un nombre muy apropiado.
Es Castrojeríz un municipio pequeño, hoy apenas llega a los 1.000 habitantes, es considerado Bien de Interés Cultural por su conjunto histórico. Por su situación, por ser paso de peregrinos cuenta en su entorno con verdaderas joyas históricas. Señalar, a unos tres kilómetros, las Ruinas del convento San Antón, construido en el siglo XIV sobre los que fuera el palacio y la huerta de Pedro I de Castilla. Este convento es donde los Atonianos, que contaban con el protectorado de la casa real, dedicaban su tiempo a atender a los peregrinos, hoy sólo se conserva intacto el majestuoso Arco que permitía el acceso de los peregrinos al recinto.
Señalar también el castillo de Castrojeriz, construido y reconstruido varias veces es posible apreciar las partes de origen romano, visigoda y medieval. Siendo paso de peregrinos abundan las iglesias y a un kilometro podemos visitar el monasterio de Santa Clara donde podremos degustar, y comprar, su muy conocida y apreciada repostería.
Pero sobre todas las cosas, quizás lo más significativo es la Plaza Mayor, porticada y alargada como el camino de Santiago contiene el Ayuntamiento y en ella aun se celebra habitualmente mercados.
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