La ruta de los Puentes Colgantes de Chulilla, también conocida como ruta de los Pantaneros por coincidir con el camino que recorrían los obreros que construían el embalse de Loriguilla, es una de las más espectaculares de toda la provincia de Valencia. Se trata de un recorrido que nos llevará hasta dicho embalse a través del cañón de las Hoces del río Turia, atravesando impresionantes puentes colgantes de madera.
Esta ruta lineal se puede realizar en unas 3 o 4 horas y no tiene mucha dificultad, por lo que es apta para realizarla con niños, aunque con precauciones en los primeros 50 metros, ya que son los más dificultosos.
Información práctica de la ruta:
- Distancia: 9 km (la mitad si solo vas hasta el 2º puente)
- Tiempo: 3 – 4 horas
- Dificultad: media
- Tipo: ruta lineal
- Desnivel: 324 metros máximo
- Señalización: Bien señalizada
- Apta para niños: Si
- Precio ruta: 1€
Descripción de la Ruta de los Puentes Colgantes de Chulilla
El comienzo del sendero de la ruta de los Puentes colgantes se inicia a las afueras de la localidad de Chulilla, a unos 3 kilómetros la carretera CV-394, en dirección a la localidad de Losa del Obispo.
Al inicio del recorrido, nos espera la primera sorpresa: dos impresionantes miradores situados sobre cortados verticales que se asoman al cañón del Turia, donde podremos contemplar unas vistas espectaculares.
Después de disfrutar de las magníficas panorámicas desde ambos puntos, seguimos la ruta caminando cerca del borde de la impresionante garganta. Es importante prestar especial atención si vamos acompañados de niños pequeños en esta parte del trayecto.
Continuando con la ruta llegaremos al paraje de Los Calderones, un espacio protegido donde la rambla de Llosa desemboca en el Turia junto a la hoz más pronunciada, La Punta. Este paraje es considerado uno de los rincones más bellos de la Comunidad Valenciana y es un enclave único en el que contemplar la fauna y biodiversidad de toda esta zona.
Desde el paraje de Los Calderones, realizando una subida moderada, nos encontraremos con el primero de los puentes colgantes, no sin antes descender por unas empinadas escaleras. Este puente, construido en acero, madera y hierro, mide 21 metros de longitud y está suspendido unos 15 metros por encima del río, cruzando el Cañón del Turia de lado a lado hasta dejarnos en un paraje de gran belleza donde el murmullo del agua es el protagonista.
Unos metros más adelante, nos encontraremos con el segundo puente colgante o pasarela, que mide 28 metros de longitud. Este punto puede ser el final de la ruta para muchos, aunque nosotros os recomendamos continuarla hasta el embalse de la Loriguilla.
El tramo que nos llevará hasta el embalse es muy frecuentado por escaladores que tratan de dominar las espectaculares paredes verticales formadas hace millones de años. El agua del río Turia fue socavando la dura roca que, al perder sus cimientos, se fue desplomando en grandes bloques, originando los espectaculares verticales cortados del cañón.
Antes de llegar al embalse de Loriguilla, podremos observar restos históricos como las ruinas de la ermita de San José de los Gancheros, del siglo XVIII. El punto final de la ruta es este bonito embalse, en el que podremos recuperar fuerzas para emprender el camino de vuelta.
Aprovechando la ruta de los Puentes Colgantes, podemos conocer el Charco Azul, un pequeño embalse de agua situado al pie del Cañón del Turia que puede verse desde los miradores que os hemos comentado al principio de este post.
El Charco Azul es uno de los lugares más bonitos y fotografiados del interior de Valencia, por lo que es una buena idea incluir una pequeña visita durante nuestra ruta. Incluso podemos aprovechar para refrescarnos dándonos un chapuzón en sus aguas transparentes.
¿Dónde aparcar para la ruta de los puentes colgantes?
Una de las posibilidades es intentar aparcar junto a los miradores, aunque lo más aconsejable es utilizar el parking público habilitado en el pueblo de Chulilla e ir caminando por la carretera unos 500 metros.
Debemos tener en cuenta que se paga una tasa de 1€ por acceder a la ruta, que suele estar muy concurrida, sobre todo en fines de semana y festivos.
¿Qué ver en Chulilla?
El pueblo de Chulilla es un destino perfecto para una escapada de fin de semana. Situado a menos de una hora de Valencia capital, esta pintoresca población cuenta con un rico patrimonio natural (como el que te acabamos de describir a lo largo de este post), pero también cultural.
La mejor manera de conocer Chulilla es paseando por sus calles, descubriendo interesantes rincones y edificios, hasta subir a su castillo, situado al borde del Cañón del Turia. Esta fortaleza data del siglo XIV y fue declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1981.
En el casco urbano os recomendamos visitar la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, del siglo XVIII, y después continuar hasta el mirador de La Peñeta para contemplar el estupendo paisaje que deja el río Turia.
Por último, podemos acercarnos a conocer la ermita de San José, del siglo XVII, y la zona conocida como La Ermita, donde se puede contemplar una bonita panorámica de todo el pueblo de Chulilla.
