Icod de los Vinos es un municipio del archipiélago canario, que se ubica al noroeste de la isla de Tenerife, en un entorno de gran belleza y valor ecológico, ya que gran parte de su término municipal se encuentra dentro del Parque Nacional del Teide, así como del Parque Natural de la Corona Forestal.
El municipio se enclava en un fértil valle, en el que abundan los cultivos de fruta, especialmente la uva y la banana, y con un atractivo casco antiguo que está declarado Bien de Interés Cultural.
Pero si por algo es famosa la localidad de Icod de los Vinos es, sin ninguna duda, por encontrarse en ella el famoso Drago Milenario, que se ha convertido no sólo en el principal atractivo turístico del lugar sino también en todo un icono representativo de la isla de Tenerife.
El drago es un árbol que suele crecer en zonas subtropicales, como algunos puntos del continente africano, pero, sobre todo, en el archipiélago canario. Una de las características más importantes del drago es que se trata de la única especie de árbol en todo el mundo cuya savia no es de color blanco, sino rojo. Puede alcanzar los 12 metros de altura, y crece muy lentamente, no más de un metro cada diez años. En él florecen unos racimos de flores blancas, de las que salen unos frutos muy carnosos y de color naranja.
El drago era considerado antaño, por los antiguos habitantes del archipiélago, como una especie vegetal de origen divino. Hay una bonita leyenda que explica la existencia de estos árboles afirmando que cuando muere un dragón se convierte en un drago. También hay quienes atribuyen a su savia roja propiedades curativas, y de hecho ya los romanos acudían a las islas con el objetivo de recoger lo que llamaban “la sangre de Drago” o “Cinnabaris”.
El más famoso de todos ellos es el conocido como Drago Milenario de Icod de los Vinos, al cual, a pesar de dicho nombre, se le calculan unos 800 años de vida, lo que le convierte en el más antiguo de todo el archipiélago canario.
La altura de este famoso drago supera los 16 metros, mientras que la circunferencia de su base alcanza los 20 metros, y la de su copa los 60 metros. Su peso es de más de 140 toneladas, a pesar de que su tronco está hueco, ya que, con el objetivo de protegerlo y evitar la aparición de plagas, se han colocado en su interior dos ventiladores que se encargan de renovar constantemente el aire. Hasta tal punto está protegido este árbol que, en el año 1993, se desvió una carretera que pasaba muy cerca del mismo, y que podía haber sido a la larga un peligro para la supervivencia del drago.
Cabe comentar, como dato curioso, que el Drago Milenario es, para los agricultores de la isla de Tenerife, no tan sólo un atractivo turístico, sino toda una referencia para sus labores agrarias, ya que, según como sea la floración del árbol, que tiene lugar en verano, auguran cómo serán también las siguientes cosechas.
Declarado Monumento Nacional desde el año 1917, se encuentra situado junto a la iglesia parroquial del municipio, la Iglesia de San Marcos, dentro de un parque cuya extensión es de más de 30.000 metros cuadrados, al que se le ha dado el nombre de Parque del Drago, y en el cual encontraremos otras interesantes especies vegetales, muchas de ellas autóctonas.
El Parque está abierto de 9’00 h. a 20’00 h. ininterrumpidamente, entre los meses de abril y septiembre, mientras que durante los restantes el horario es de 10’00 h. a 18’00 h. Se ha de pagar entrada, de la que sólo quedan exentos los niños menores de 6 años. Para la visita se puede contar además con un servicio de guías, en muchos idiomas, especializados en flora canaria.
Dentro del Parque, además del Drago Milenario y otras especies de flora, como hemos mencionado, hay zonas etnográficas en las que se nos muestran costumbres y tradiciones del municipio de Icod de los Vinos, como los antiguos carboneros o un lagar. También hay una cueva sagrada de los guanches.
Se pueden dar por el Parque agradables paseos, a través de senderos perfectamente señalizados, disfrutando del espectacular entorno, con vistas al Teide y junto al Barranco de Caforiño.
De todos modos, cabe advertir que aquéllos cuyo único interés para entrar al Parque sea la contemplación del Drago, pueden ahorrarse perfectamente el pago de la entrada, ya que muy cerca, en la conocida como Plaza de Lorenzo Cáceres, hay un mirador desde el cual se tiene una vista del árbol prácticamente igual. Junto al mirador encontraremos además algunas paradas de artesanía.
En los alrededores del municipio podemos visitar otros lugares de un gran atractivo turístico, como la llamada Cueva del Viento, una cavidad volcánica que, con sus 18 kilómetros conocidos, está considerada como la más larga del mundo, y tiene varias salidas. No es la única del municipio, existiendo otras como la Cueva de San Marcos o la Cueva de Punto Blanco.
Tampoco deberíamos dejar de visitar por lo menos parte del patrimonio histórico del municipio, de una gran riqueza, no en balde está declarado, como hemos mencionado, Bien de Interés Cultural. En él podemos visitar su bonita Iglesia de San Marcos, de estilo colonial y levantada a principios del siglo XVI, o la Casa de los Cáceres, un edificio de tres plantas con fachada neoclásica. Otra obra de interés es el Convento de San Francisco, construido a mediados del siglo XVII, y en cuyo interior destaca una llamativa fuente que representa a Neptuno, dios de los mares, y que fue enviada desde Italia, como muestra de agradecimiento a los monjes que habitaban el convento, por parte de unos viajeros italianos que habían zozobrado en la costa de Icod de los Vinos y habían sido ayudados y hospedados por dichos franciscanos.
El municipio destaca asimismo por su bonita Playa de San Marcos, una bahía de arena negra y aguas tranquilas, rodeada de acantilados y resguardada de los vientos, con un pintoresco y pequeño puerto pesquero.
