Granadilla es una hermosa localidad medieval que se encuentra en la comunidad extremeña, en la provincia de Cáceres. Depende del municipio de Zarza de Granadilla, formando parte de la comarca de Tierras de Granadilla.
Muchas son las vicisitudes que este pequeño pueblo ha tenido que pasar, ya que a mediados del siglo XX, debido a la construcción del Embalse de Gabriel y Galán en sus cercanías, quedó enclavada en una pequeña península que se adentra en la presa, y la tierra en la que se asentaba fue declarada inundable, siendo desalojados todos sus habitantes.
La localidad permaneció pues unos años abandonada a su suerte, pero el gran atractivo de su estructura medieval y su legado, hizo que fuera declarada Conjunto Histórico-Artístico en el año 1980. Empezó a crecer el interés por recuperar la villa, y poco después, en 1984, Granadilla fue incluida en el Programa de Reuperación de Pueblos Abandonados. A partir de este momento, muchos son los esfuerzos que se han llevado a cabo con el objetivo de recuperar el pueblo, sus calles, sus casas y su patrimonio, a través sobre todo del trabajo llevado a cabo en él por un gran número de estudiantes que desinteresadamente colaboran en tal tarea.
El único acceso que hay actualmente para llegara la localidad es la carretera que sale de Zarza de Granadilla, que cruza la puerta de las murallas que rodean la población, penetrando hasta dentro de la misma. Al encontrarse el pueblo actualmente en vías de recuperación, pueden llamar la atención algunas peculiaridades, como el hecho de que existe un horario para visitarlo, que es todas las mañanas de 9 h. a 13 h. exceptuando los sábados, y todas las tardes de 17 h. a 19 h. menos los domingos. El resto de las horas del dia, la verja de la muralla cierra, y en la población vuelve a imperar la soledad.
La población, sin duda, tiene un gran atractivo, ubicada en la pequeña península que hemos mencionado, encima de un promontorio de pizarra, con las azules aguas del pantano rodeándola y sus bonitas casas y su importante legado histórico envueltas a su vez por las imponentes murallas de origen almohade, que actualmente se encuentran ya completamente restauradas.
Parece que el municipio fue fundado en el siglo IX, cuando los musulmanes, debido a su estratégico enclave encima del mencionado promontorio, levantaron allí una alcazaba, que fue creciendo y convirtiéndose en una pequeña población, Ello hasta mediados del siglo XII, en que fue conquistada por el rey Fernando II de León, que le dió el título de Villa. Una curiosidad es que en aquel entonces la localidad no se llamaba Granadilla, sino Granada. Pero en el año 1492, cuando se conquistó la que hoy conocemos como ciudad de Granada, se cambió el nombre a la pequeña población cacereña para evitar confusiones.
Una de las primeras características que llama la atención al viajero que llega a Granadilla es la distribución de sus viviendas. En la Plaza Mayor, que es el punto más alto, se encuentran las casas de las familias más poderosas, mientras que las demás viviendas se ubican entorno a la misma, de manera concéntrica. Todo el conjunto, por supuesto, rodeado por las murallas. A pesar de que algunas casas han sido ya a estas alturas rehabilitadas, aún se pueden ver algunas de las viejas casas señoriales, como la que fue la más grande de todas, conocida como Casa de las Conchas.
Del legado de Granadilla cabe mencionar dos obras muy significativas. Una de ellas es el templo que fue iglesia parroquial hasta el momento en que la aldea fue desalojada, y la otra es su torre.
Esta última, que es conocida popularmente como “castillo de Granadilla”, es un edificio de una gran belleza. A pesar de que no se sabe a ciencia cierta, todo hace creer que su construcción data del siglo XV, y que se debe a Fernando Álvarez de Toledo, que fue el primer Duque de Alba. No se conoce tampoco el nombre del arquitecto al que se le encargó el trabajo, pero sin duda se trataba de un prestigioso artista, dado la armonía y simetría que presenta la torre, una obra con un gran atractivo y que llama la atención enseguida por su esbeltez. En su interior está dividida en cuatro estancias, el sótano con aljibe y en el que se encuentran también las mazmorras, dos plantas en las que se habitaba y la de arriba que era la sala de armas.
En cuando a la Iglesia, está consagrada a Nuestra Señora de la Asunción, y fue construida a principios del siglo XVI. En ella podemos distinguir dos estilos bien diferenciados, gótico tardío y renacentista. Cuando el pueblo fue abandonado, la iglesia empezó a deteriorarse por falta de cuidados, llegando prácticamente al estado de ruina. Por suerte para todos, en la década de los 90 se decidió llevar a cabo en ella una importante reforma, siendo su estado hoy en día de buena conservación.
En cuanto al entorno natural que rodea la localidad, es de un gran atractivo, en primer lugar por el hecho de encontrarse rodeada por las aguas del Embalse de Gabriel y Galán, alimentado de las aguas del río Alagón. Es un lugar muy aconsejable de visitar si se está viajando por la zona, ya que en él se pueden practicar deportes náuticos, habiendo zonas reservadas para el baño, por lo que se puede pasar un día muy agradable. También es idóneo para los aficionados a la pesca, puesto que en sus aguas son abundantes especies como los lucios, carpas y barbos, entre otras.
Rodean al municipio extensiones de pinos y eucaliptos, matorrales mediterráneos y olivos, abundando también las dehesas. Muchas son las especies animales que han encontrado su hábitat aquí, como los jabalíes, los tejones, los zorros, los ciervos o los conejos. Se han introducido también unos ejemplares de linces ibéricos para su reproducción. Al tratarse de un territorio húmedo, abundan las aves, con ejemplares como el pato cuchara, la cigüeña blanca, la grulla, el gavilán, el azor y muchos más.
Los antiguos habitantes de Granadilla han podido contemplar pues el milagro de la “resurrección” de su localidad. Ellos, junto con sus descendientes, nunca han olvidado su bonita población, y se reúnen en ella dos veces al año. Una es el día 15 de agosto, en que realizan una romería dedicada a la Virgen de agosto, y la otra es el día 2 de noviembre, Día de los Difuntos.
Uno de los lugares más impactantes de la provincia de Cáceres, no os perdáis este municipio rodeado por las aguas del Embalse del Gabriel y Galán, desde la Sierra de Gata son unos 90 kms.
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