Situada al noroeste de la provincia de Cáceres, dentro de la comunidad extremeña, encontramos la localidad de Hoyos, una tranquila población cuyos habitantes no llegan al millar. A pesar de ello, este hermoso municipio es la capital administrativa de la comarca de Gata, en la que se asienta.
Hoyos se halla rodeada de un hermoso entorno natural, siendo un destino muy aconsejable para el turista rural y para cualquier amante de la naturaleza, que la encontrará en esta comarca en estado puro, con parajes que podríamos calificar de vírgenes en los que poco o nada ha intervenido la mano del hombre. Además, se trata de una de las zonas de nuestra geografía más auténtica en lo que se refiere a las costumbres y vida rural. Todo ello es debido en gran parte al aislamiento que esta comarca ha vivido durante siglos. La dureza de tal situación se ve hoy en día compensada, ya que podemos afirmar que gracias a ella ha podido conservar su entorno en perfecto estado, lo que actualmente la convierte en uno de los espacios de nuestro país con más perspectivas y posibilidades de desarrollo en lo que se refiere al turismo rural.
La localidad se encuentra en plena Sierra de Gata, en un enclave de gran belleza. Se halla a 400 metros de altitud sobre el nivel del mar, y el eje de su economía han sido siempre tanto la agricultura como la ganadería, especialmente las cabras. Hoy en día, el turismo rural está sufriendo un gran auge en la zona. El descubrimiento de la belleza natural que guarda esta comarca y las colindantes, como las Tierras de Granadilla o Las Hurdes, ha hecho que cada vez sean más los viajeros que la eligen para unos días de vacaciones, lo cual ha dado un empujón al sector servicios, provocando la creación de una buena red de alojamientos rurales de calidad, con unos buenos servicios e instalaciones.
El territorio de baja montaña en que se asienta Hoyos, en el que encontramos cimas como el Pico Lameros, de 866 metros de altitud, es muy apropiado para los amantes del senderismo y de otros deportes, como el montañismo, las rutas a caballo o los recorridos en bicicleta. Cruzan el término municipal de la villa, además, varios ríos, destacando el río Santa Catallina y el río Razas.
Alrededor de la localidad encontraremos grandes extensiones de bosques, especialmente de robles y alcornoques, todos ellos con un gran número de senderos que nos conducirán al descubrimiento de bellos rincones.
Uno de los espacios más aconsejables de los alrededores de Hoyos, en el que podemos pasar un día de lo más agradable, lo constituye su gran piscina natural, Se halla a unos pocos kilómetros de la localidad, en un escenario bucólico y de gran belleza, un lugar apacible y tranquilo donde, a diferencia de otros sitios destinados al baño, no encontraremos masificaciones ni bullicio. La piscina tiene unas dimensiones considerables, y sus aguas son limpias y cristalinas.
En la época estival agradeceremos sus numerosos árboles, pudiendo disfrutar de la sombra que ofrecen los mismos, como el de la hermosa chopera que allí encontraremos. En la ribera, y casi tocando el agua, también veremos una gran cantidad de alisos y fresnos. Si paseamos por su entorno, descubriremos rincones con un gran encanto, como un pequeño molino que se sitúa al final de la piscina y que parece intentar ocultarse entre su vegetación.
Encontraremos junto a la piscina un espacio de juego para los más pequeños, además de una zona de barbacoa, por lo que podemos quedarnos a comer, Además, en verano abren un agradable chiringuito en el que sirven unas exquisitas parrilladas y un buen surtido de raciones, así como mojitos o caipirinhas. Además, a veces ofrecen música en vivo e incluso organizan espectáculos para los más pequeños.
El interior de la localidad también tiene su interés. Paseando por sus calles de típicas construcciones hechas en adobe y piedra, nos toparemos con algunas de las obras que forman parte de su patrimonio, como su Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Buen Varón, que fue construida entre los siglos XII y XIII. Es de origen románico, aunque debido a posteriores reformas podemos ver elementos de otros estilos, como una de sus puertas, ejemplo de principios del gótico. Guarda en su interior objetos de gran valor, como su retablo, del siglo XVIII y de estilo barroco, y que se presume fue construido por el artista José Benito de Churriguera. También guarda una valiosa talla de la Virgen.
Otra de las obras importantes de su legado es su Convento del Espíritu Santo, que data del siglo XVI, perteneciente a la Orden de los Franciscanos y usado en tiempos remotos como hospital, aunque hoy en día su estado es ruinoso, aunque se pueden aún contemplar algunos vestigios del mismo.
En la comarca podemos visitar espacios protegidos de una gran importancia ecológica y medioambiental, como el Embalse de Borbollón, declarado Reserva Ornitológica, y situado en un bello escenario con zonas reservadas para el baño y los deportes náuticos, además de para la pesca, un lugar ideal para pasar un entretenido día, ya que además hay un restaurante. También se puede visitar la Reserva del Buitre Negro, que se halla en el Valle del Árrago.
Cabe destacar que en Hoyos es donde se instala la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen del Aceite “Gata Hurdes”, formando la localidad parte de otras dos zonas de producción, además de dicho aceite. Se trata del jamón y de las aceitunas conocidas como “manzanilla cacereña”.
Otro de los aspectos a destacar de esta localidad es su tradición artesanal, sobresaliendo de entre ellos sus bordados, además de sus preciosos encajes de bolillos y un sinfín de trabajos hechos a ganchillo, que constituyen verdaderas obras de arte. También son muy típicos del lugar los trabajos hechos con madera.
Un aliciente añadido que el viajero encontrará al visitar estas tierras es su excelente gastronomía. En alguno de sus restaurantes especializados en cocina tradicional de la comarca podremos degustar platos tan típicos como el caldo de huevo, el costillar asado, las perdices estofadas, los pimientos rellenos, la chanfaina o las patatas rebozadas, entre otros muchos igual de deliciosos.
Y aquéllos que deseen participar de las animadas fiestas de la localidad, han de saber que se celebran la de San Lino, que es el 23 de septiembre, y la de San Lorenzo, el 10 de agosto. En ambas, y durante unos días, se llevan a cabo diversos actos lúdicos como verbenas, fiestas para los más pequeños, bailes, concursos, comidas populares y otras muchas actividades de la misma índole.
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