Amanece un día espléndido y ponemos rumbo a la localidad madrileña de La Cabrera donde habíamos sido invitados por cortesía de Decathlon España a realizar el ascenso al Cancho Gordo.
Todos los participantes vamos llegando al punto de encuentro y nos recibe Lourdes de la Agencia Abba, a la par que llegan los integrantes de Decathlon: Natalia, Isabel, Rubén y Cía (no recuerdo el nombre de todos lo siento) con una estupenda equipación para cada participante: Un plumas ligero y confortable, una extraordinaria mochila para llevar las cosas, un bidón de aluminio para el agua y una linterna.
Rubén, director comercial de Decathlon España, nos explicó amablemente cómo estaba diseñado y fabricado el abrigo y el por qué se hacían de ese modo, así como el resto del equipamiento.
Enseguida tomó el mando Victor, nuestro guía para llevar a cabo la ruta. Sus explicaciones al comienzo y en cada tramo fueron magníficas, tratando la flora, fauna y formaciones geológicas. No en vano, conoce la zona desde hace más de 20 años.
Comenzamos la ascensión por una pista de asfalto en la cual nos vamos encontrando una serie de monolitos que representan el vía crucis.
Por esta pista llegaríamos al Convento de San Antonio, el cual no alcanzamos, pues nos detenemos antes de llegar para recibir una serie de explicaciones de la sierra de la cabrera y sus picos.
Divisamos el comienzo de una pista de tierra y al fondo la sierra donde en la parte derecha apreciamos la gran pared rocosa del Pico de la Miel y en la parte izquierda la zona de El Cancho Gordo, la zona más alta de esta sierra, la cual está por encima unos 200 metros más que el Pico de la Miel mencionado.
Nos adentramos en la pista de tierra a un ritmo muy tranquilo y haciendo paradas para nos desperdigarnos el grupo.
En dichas paradas Victor nos va contando curiosidades, parte de la flora, etc.. y comenzamos apreciar unas vistas muy chulas, que serán el preámbulo de lo que nos espera más arriba.
Por el camino, nos encontramos con formaciones rocosas caprichosas debido a la erosión del viento y del agua.
El cansancio va haciendo mella en algunos miembros, pero conseguimos reunirnos el grupo entero en un collado que hay justo antes de comenzar el último trozo de la ruta. Aquí nos hacemos esta magnífica foto todo el grupo al completo.
Nos dividimos el grupo en dos. La mayoría optan por dar un paseo por la zona y según me han contado divisaron un nido de buitres en una gran roca. Yo opté por ir con el otro grupo para llegar a la cima de El Cancho Gordo, donde nos lleva Victor a un ritmo más que ligero, para no hacer esperar mucho al resto del grupo y llegar a tiempo al almuerzo. Yo personalmente voy medio asfixiado je je, aunque consigo recuperarme y aguantar, pero mereció muchísimo la pena el esfuerzo. Llegamos a una planicie donde podemos apreciar la una formación rocosa llamada Agujas.
Y a esta altura, los buitres sobrevuelan pegados a nosotros como podemos apreciar en este video.
Último tramo y llegamos a lo más alto de El Cancho Gordo. Las vistas hablan por sí solas…
Podemos ver en un día tan claro muchas localidades de Madrid. Desde aquí arriba todo parece del mundo de los liliputienses. Al fondo y por el otro lado vemos el pantano del Atazar.
Había una pequeña construcción con una especie de ventana que parecía llevarte a un paisaje de montaña idílico. Puesta ahí como para asomarte a ver el paisaje de manera relajada.
Os dejo aquí un breve vídeo donde podéis apreciar toda la panorámica.
Y una foto de los valientes (ja, ja, ja ni que fuera el Everest) que llegamos hasta el final de la ruta, a lo más alto de la sierra de La Cabrera.
El descenso, sin ser en exceso complicado había que andar con ojo ya que quien más o quien menos tuvo algún que otro resbalón. No obstante lo realizamos bastante bien y en poco tiempo. Una vez ya abajo, podíamos apreciar nuevamente la ascensión realizada y el fabuloso perfil de la sierra de La Cabrera.
Nos adentramos en la bella localidad de La Cabrera y nos dirigimos al Mesón El Cordero.
Allí nuevamente Decathlon España tuvo la cortesía de invitarnos a todos los participantes, a los cuales desde aquí mandamos un cordial saludo.
Precioso lugar y parece que fue una buena excursión