Durante el otoño comienza la temporada para recoger setas en Cantabria, una comunidad donde podemos encontrar unas 7.000 especies distintas de hongos y setas como el boletus edulis, níscalo, senderuelas, rebozuelos o perretxicos entre otras y que lo convierten en un verdadero paraíso para los buscadores, aunque siempre es recomendable ir acompañados de un experto en micología.
A continuación, te recomendamos los mejores lugares en Cantabria donde poder recoger setas y poder pasar un día en el campo y volver con nuestra cesta llena de deliciosas setas que luego podremos cocinar.
Zonas de setas en Cantabria
Acebal de Abiada
Este bosque de acebos está situado en la cabecera del río Guares, en la localidad de Abiada. Perteneciente al municipio de la Hermandad de Campoo de Suso, éste es un lugar estupendo en el que buscar setas al mismo tiempo que disfrutamos de preciosos paisajes.
Y es que en esta zona podemos encontrar gran variedad de setas y hongos, aunque hay que tener un especial cuidado a la hora de escogerlas, por lo que lo mejor es ir siempre acompañados de alguien que conozca muy bien toda la zona y sea experto en micología.
Valle de Liébana
Esta es otra de las zonas donde podemos encontrar un gran número de setas, ya que su riqueza arbórea ayuda al desarrollo de estos hongos que podemos encontrar a cada paso.
Además, el Valle de Liébana es un lugar con gran encanto en Cantabria, con pequeños pueblos que podemos aprovechar para conocer después de unas horas cogiendo setas.
Saja-Cabuérniga (Monte Aá, o el de Viaña)
Aquí nos encontramos con el Parque Natural Saja Besaya, un espacio protegido en Cantabria que se declaró parque natural en el año 1988. Como ocurre con las anteriores zonas comentadas, aquí podemos pasar un buen rato buscando setas comestibles, ya que es una zona donde proliferan con gran facilidad.
A esto hay que unir unos paisajes de extraordinaria belleza que harán las delicias de los amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre.
Monte Hijedo
El Monte Hijedo está situado entre las provincias de Burgos y Cantabria y es otra excelente zona en la que buscar setas debido a su gran zona boscosa.
Para llegar hasta él, lo mejor es acceder por el Valle de Valderredible y recorrer sus enormes rocas de arenisca con diferentes formas en busca de los ansiados hongos.
Valles Pasiegos
Otro de los mejores lugares a los que acudir a buscar setas son las zonas protegidas en torno a las cuencas de los ríos Pas, Pisueña, Miera y Magdalena. Aquí proliferan algunas especies interesantes de hongos y setas, como el boletus edulis, la galipierna o el higróforo rojo.
Al ser una zona protegida, hay que tener un cuidado especial a la hora de recoger las setas, evitando dañar el entorno y haciéndolo con el máximo mimo posible.
Tipos de setas en Cantabria
Cantabria es una provincia con gran riqueza micológica, aunque es en la zona sur donde se puede encontrar más variedad. A continuación, os contamos los tipos de setas que podemos encontrar en Cantabria.
Boletus Edulis
Conocido como el rey de las setas, el Boletus Edulis es reconocido por su excelente sabor y versatilidad. Este hongo es muy apreciado en cocina, desbancando incluso al famoso níscalo, y cuenta con una morfología bastante identificable, con un sombrero color canela, pardo o marrón claro.
En Cantabria, es habitual encontrarlo por la zona de los Valles Pasiegos.
Gallipierna
Esta seta es también bastante apreciada por los buscadores de setas, no solo por los expertos, sino también por los aficionados, ya que su identificación es bastante sencilla. Lo más destacado es su pie, que puede llegar a alcanzar los 35 cm de altura y su sombrero es blanco con gruesas escamas de color pardo amarronado.
Higróforo rojo
Esta seta cuenta con un sombrero de hasta 12 cm de diámetro con un llamativo color rojo anaranjado, que se va volviendo más pálido a medida que envejece. Suele brotar entre los cardos y puede confundirse con algunas especies mortales, por lo que hay que tener muchísimo cuidado a la hora de recogerla.
Amanita citrina
Pese a que no lo es, la Amanita citrina ha sido considerada durante mucho tiempo como mortal por ser muy parecida a la Amanita phalloides, que sí lo es. Esta especie de seta es muy abundante y suele aparecer debajo de cualquier árbol. Posee un sombrero que sale de la tierra con forma de globo, pero que se acaba volviendo convexo y, al final, aplanado.
Pardilla
También conocida como seta de brezo, la pardilla es muy apreciada en cocina, aunque su consumo debe ser moderado ya que puede resultar indigesta para algunas personas.
Posee un tamaño notable que puede alcanzar los 20 cm de diámetro, aunque lo normal es que oscile entre los 6 y los 15. Su superficie es lisa, pero con el paso del tiempo se vuelve aterciopelada. Es fácil encontrarla alrededor de arbustos como los brezos o los bojs.
Phallus impudicus
Este hongo es altamente reconocible por su forma fálica y por su mal olor cuando está maduro. Precisamente, este olor penetrante suele atraer a las moscas, que diseminan sus esporas, pudiendo percibir este olor a gran distancia.
El Phallus impudicus abunda en los hayedos del norte peninsular, así como en bosques o zonas arboladas.
Níscalo
También conocidos como robellones o mízcalos, los níscalos son muy populares en España y son muy apreciados en el mundo de la gastronomía por su gran versatilidad.
Suele crecer en bosques mixtos y pinares, y posee un pie corto y ahuecado que se estrecha en su base. Su color es más pálido que el del sombrero, con hoyos de color más intenso en la superficie. El sombrero es anaranjado y tiene algunos círculos de tonos rojizos.
Senderuelas
Las senderuelas son unas pequeñas setas comestibles muy aromáticas que crecen en los prados y bordes de los caminos. Es fácil ubicarlas por el quemado que deja el micelio al desarrollarse o por el cambio del tono de la hierba debido a la cantidad de nitratos que desprende durante su desarrollo.
Poseen un sobrero pequeño, de entre 2 y 7 cm, que se vuelve plano cuando madura. Su cutícula no se puede separar y tiene tonalidades color café con leche o algo más rojiza.
Seta Lengua de vaca
Estas delicadas setas se pueden encontrar en los montes hasta bien entrado el frío. Conocida con varios nombres, es bastante identificable por la forma de su himenio, que está compuesto por pequeños aguijones que recuerdan a la lengua de una vaca.
Su sombrero es quebradizo y es habitual encontrarlo agrietado, y su carne es de color blanquecino, compacta quebradiza y densa, con un sabor algo amargo.
Rebozuelos
Los rebozuelos son setas comestibles que se pueden encontrar cerca de robles y encinas. Se caracterizan por ser muy macizas y por su color, que puede ir desde el anaranjado o amarillo brillante hasta el marrón claro.
Los rebozuelos son también muy apreciados en cocina y son un producto perfecto para elaborar guisos, salsas o estofados.
Perretxicos
Esta seta tan apreciada por los amantes de la micología presenta un sombrero carnoso de entre 4 y 15 cm, con un color blando o crema y una superficie lisa y mate. Normalmente, crece en grupos, rodeada de plantas propias de las orlas espinosas y setos.
Aunque es una seta de primavera, podemos encontrarla también en otoños templados, y es muy utilizada en gastronomía. En Cantabria, es conocida como de San Jorge o del Cuco, ya que comienzan a salir cuando comienza el canto de este pájaro.
Recomendaciones para recoger setas
Aunque parezca una actividad sencilla, lo cierto es que salir a recoger setas requiere de gran experiencia. A continuación, os damos algunas recomendaciones para recoger setas.
- Debemos conocer la regulación de recogida de setas y hongos de cada zona, así como las zonas específicas en las que se pueden recolectar. En algunas, incluso, es obligatorio obtener un permiso para desarrollar la actividad micológica.
- No debemos coger setas que no conozcamos o que dudemos si son comestibles o no.
- A la hora de cortar las setas, se debe hacer siempre con una navaja o con un cuchillo bien afilado, pero nunca con uno de sierra. El corte debe ser limpio y a ras de suelo para que las raíces se queden bajo tierra y puedan volver a crecer.
- Para ir guardando las setas, lo mejor es usar cestas de mimbre. Nunca se deben almacenar en bolsas de plástico, ya que impiden la transpiración y la caída al exterior de las esporas (que permiten la reproducción de la especie). No debemos estropear ni manipular el resto de setas que no vayamos a coger.
- Siempre debemos recolectar setas que ya estén maduras, cuando el himenio esté desarrollado, pero que no hayan madurado en exceso puesto que pueden resultar indigestas.
- Es preferible esperar unos días después de lluvias abundantes o heladas porque las setas pierden sabor y aroma, y tendrán exceso de agua.
- Debemos realizar esta actividad de recogida de setas sin dañar el monte, con cuidado de no remover el suelo ni de usar rastrillos o herramientas parecidas.