La provincia de Cáceres, en la comunidad extremeña, ofrece un sinfín de posibilidades a quienes les gusta practicar el turismo rural, y ello por muchos motivos, como sus bellos parajes, muy adecuados para el senderismo y las excursiones, así como por el gran número de lugares que encontraremos para poder practicar deportes de aventura, con centros que se dedican a ello y nos permiten practicarlos con total seguridad.
Sus costumbres, sus fiestas, sus pueblos y su gastronomía son otros factores que hacen de estas tierras un lugar idóneo para unos días de descanso en plena naturaleza. Hay que señalar que además la provincia cuenta con una buena infraestructura en cuanto a alojamientos de tipo rural, establecimientos confortables en los que nos sentiremos como en casa.
Quienes estén pensando qué hacer durante el próximo fin de semana, una sugerencia es que viajen hacia esta provincia, en concreto para ver uno de sus espacios más hermosos, la Garganta de los Infiernos. Su solo nombre ya hace que el lugar nos parezca atractivo de antemano.
La Garganta de los Infiernos es un espacio natural protegido, declarado como Reserva Natural, y que se halla en el norte de la provincia de Cáceres, en las estribaciones de la Sierra de Gredos, cerca de las localidades de Plasencia y de Jaraiz de la Vera.
Se sitúa en pleno Valle del Jerte, famoso por su belleza y por sus grandes extensiones de cerezos, que cuando están en flor ofrecen una panorámica impresionante, con sus campos cubiertos de blanco hasta el horizonte. La reserva ocupa el espacio existente entre el río Jerte, la Sierra de Gredos y la Sierra de Tormantos, que de hecho es una continuación de la anterior.
La Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos se caracteriza por su gran diversidad paisajística, un territorio de una gran belleza en la que tiene un protagonismo principal el agua. En efecto, está lleno de cascadas, saltos de agua, manantiales, ríos, arroyos, fuentes, grandes pozas aptas para el baño y piscinas naturales de aguas cristalinas. Existe la posibilidad de realizar la conocida como Ruta de los Pilones, que nos permite hacer un recorrido por un gran número de las pozas que aquí se encuentran.
Toda esta abundancia de agua provoca unas condiciones climáticas y de humedad que convierten la zona en un espacio de un gran interés en lo que a la flora se refiere, con ecosistemas de gran valor ecológico, donde encontramos cerca de los ríos, como es natural, bosques típicos de ribera, como los fresnos, los alisos y los sauces, así como también extensiones de robles y castaños. En las zonas más montañosas, y ya próximos a sus cimas, encontraremos una gran cantidad de pastizales alpinos, donde encontraremos especies como el brezno o el azafrán serrano.
También es de gran valor ecológico la abundante fauna que habita en la zona, con un gran número de especies en peligro de extinción. Se pueden ver ejemplares de gato montés, de gineta, de nutrias e incluso de cabra montés, así como de un animal muy difícil de poder contemplar en otros lugares, el desmán.
En cuanto a las aves, podríamos citar un gran número de ellas, como el buitre leonado, el azor, el búho real, el águila real, el halcón peregrino, el milano, el gavilán, y muchos más, que han encontrado en esta reserva un hábitat ideal para establecerse en ella.
No debemos dejar de acercarnos al lugar conocido como Mirador del Chorrero de la Virgen, desde donde tendremos una panorámica impresionante de la Garganta. El lugar está muy bien señalizado y se pueden hacer una gran cantidad de rutas y excursiones, en las que descubriremos parajes como la Majada de los Zarzalones, el Puente Nuevo, el Bosque del Reboldo, el Puente del Sacristán o las gargantas de las Yeguas o de Los Tres Cerros, que dan lugar, en el punto en que se unen, a la Garganta de los Infiernos.
No deberíamos dejar de aprovechar la estancia para visitar la localidad de Plasencia, ya que guarda un legado artístico más que considerable. En ella podremos ver obras como la Catedral de Santa María, el Santuario de la Virgen del Puerto, el Palacio de Mirabel, las Iglesias de San Nicolás y San Salvador, o el conjunto histórico que forma su casco antiguo, entre otros monumentos.
Jaraiz de la Vera es también un municipio al que vale la pena acercarse. Se halla en pleno corazón de la famosa comarca de La Vera, y que tiene un recinto amurallado que está declarado Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, con obras tan interesantes además como su Iglesia de San Miguel, su Plaza Mayor, la Ermita de la Virgen del Salobrar y la de San Cristóbal o su Iglesia de Santa María de Altagracia.
