Casas rurales en El Ripollés

Ripoll.

Situado en los hermosos escenarios del Pirineo catalán, es una de las comarcas más turísticas de la comunidad catalana, debido no sólo a la gran belleza de sus paisajes y poblaciones, sino también a su gran oferta tanto de ocio como cultural, así como a los importantes legados arquitectónicos de los que disponen sus localidades.

La zona es ideal para los aficionados al senderismo, que pueden hacer una gran cantidad de diferentes y variadas rutas, como la que va del Valle y Santuario de Nuria hasta el Monasterio de Queralbs, o alguna de las que se pueden hacer siguiendo el GR11, un sendero que atraviesa los Pirineos y que nos ofrece un sinfín de posibilidades.

Otras rutas interesantes son la conocida como Ruta del Ter, siguiendo el cauce de este río, o la llamada Ruta de la Transhumancia, a través de la cual conoceremos los senderos por la que los antiguos habitantes de la comarca hacían pasar sus rebaños durante la época de la transhumancia.

La capital de la comarca es la localidad de Ripoll, situada en un bello enclave en el que confluyen los ríos Ter y Freser, y en la cual podemos visitar el famoso Monasterio de Santa María de Ripoll, un majestuoso edificio que está considerado como una de las mejores muestras del románico, y que pertenece a la orden de los benedictinos. La obra data del siglo IX y se encuentra en un estado de conservación perfecto.

Otro de los municipios que no debemos dejar de visitar en esta comarca es Camprodón, un pintoresco pueblo de una gran belleza, situado en el punto en el que confluyen los ríos Ter y Ritort, y situado en el valle del mismo nombre. Es un lugar carismático y de gran tradición para el excursionismo catalán, debido a sus atractivos paisajes y al gran número de rincones de gran belleza que sus alrededores guardan, con un gran número de fuentes para visitar en verano, como la Font Nova o la Font del Vern, y con abundancia de nieve en invierno para los amantes del esquí.

Muy emblemático es su puente del siglo XII, todo un icono para la población, así como otras obras como la Iglesia de Santa María, un edificio con mezcla de estilos gótico, románico y barroco, en el que, según la tradición aunque no está confirmado, se encuentra la arqueta de Sant Patllari con los restos del santo.

La gastronomía de la zona destaca especialmente por la gran calidad de sus embutidos derivados del cerdo, especialmente la longaniza, el fuet, el jamón y el bull, sobresaliendo también sus galletas. Sus platos más populares se basan en las carnes y verduras, como el estofado de jabalí, la ternera con setas, la escudella con carne de olla o las alubias con butifarra y alioli.