Casas rurales en Las Batuecas

caza, y dos ZEPA, Zona de Especial Protección para las Aves de “Arca y Buitrera” y “Las Batuecas”. Pertenece el valle al Sistema Central y está formado por crestas de cuarcita y pizarra. Batuecas además de darle nombre al valle también le da nombre a un río que cruza el parque.

Se trata de un gran valle protegido por montañas escarpadas, su especial clima permite un hermoso bosque típicamente mediterráneo donde algunas especies de fauna ibérica han encontrado su particular refugio. Es seguramente el parque natural con la biodiversidad animal más importante de la Península Ibérica. El aspecto del valle es muy cambiante, la mezcla de vegetación caduca y perene dota al lugar de unos hermosos cambios cromáticos a medida que avanzan las diferentes estaciones, ahora las hojas verdean, ahora oscurecen, luego caen…

Parece que, al menos, el hombre lleva ocupando el valle desde el postpaleolítico, así lo atestiguan pinturas rupestres en canchales y abrigos. Estas son del tipo esquemático, limitándose en su mayoría a trazos lineales con diferentes tintas planas, generalmente en blanco. Aunque también pueden verse algunas pinturas zoomorfas y antropomorfas reproduciendo escenas naturales. A día de hoy, hay más de una docena de abrigos rupestres catalogados que están declarados Bien de Interés, aunque uno de ellos, el Canchal de las Cabras Pintadas, tiene su propia declaración como Bien de Interés.

Posteriormente, y debido a lo apartado de las rutas, nunca fue lugar relevante ni lugar transitado, lo que lo ha llevado a ser cuna de numerosas leyendas que llegaron hasta hoy por tradición popular.

Al pie del valle, en lo más profundo levantaron en el siglo XV “el convento del desierto” además de algunas ermitas salpicando el entorno rocoso, hoy sólo queda intacto el convento y algunas ruinas como recuerdo de la ubicación que tuvieron las ermitas. El convento es habitado por la orden Carmelita de San José, rodeado de bosques, ríos y altas montañas, para los que conocen la tradición contemplativa de los carmelitas descalzos el lugar es un oasis de paz roto por el canto de los pájaros o el viento agitando los brezos. Se trata de un convento sencillo y austero en sus formas, su iglesia fue construida a principios del S.XVII.