A orillas del río Ebro, la provincia de Zaragoza se ubica en el nordeste de España, limitando con ocho provincias, Lérida, Tarragona, Teruel, Guadalajara, Soria, La Rioja, Navarra y Huesca.
El clima en esta región se puede encuadrar en el mediterráneo continental semidesértico, característico de la depresión del Ebro, esto es, inviernos muy fríos y veranos muy calurosos con precipitaciones escasas.
La presencia del Ebro configura un terreno natural variado y rico. Entre estos espacios destacados está el Parque Natural de la Dehesa del Moncayo la montaña más representativa del territorio zaragozano.
Otros paisajes destacables son las vegas del Jiloca y el Jalón, la laguna de Gallocanta o los terrenos más áridos de Belchite y Monegros. Comparte la Reserva de la Biosfera Mundial de las Bardenas con Navarra.
Es otra de las provincias españolas ricas en patrimonio monumental y cultural. Zaragoza es la capital y acoge algunos de los monumentos más famosos como la Catedral de Nuestra Señora del Pilar, el espectacular Palacio de la Aljafería.
En toda la provincia encontramos importantes muestras de multitud de estilos, desde la Zaragoza romana, mudéjar, medieval, barroca, hasta la neoclásica y contemporánea. Destacan construcciones como el Sepulcro romano de Fabara, o la Iglesia Colegial de Santa María la Mayor en Daroca; la arquitectura mudéjar de Aragón está considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En Zaragoza destacan los guisos que tienen como protagonistas los productos de la huerta, como pimientos, cardo, calabacín y tomate. Uno de los platos más populares es el pollo al chilindrón o el bacalao ajoarriero.
En cuanto a los postres son muy típicos el turrón de guirlache, las frutas escarchadas, las cajicas de Tauste, las tortas de Balsa o los bizcochos de soletilla.
Sus vinos son otro de sus atractivos turísticos, destacan los de la región de Cariñena, Borja y Paniza.