El Cortijo del Pino

Distribuye sus plazas en un dormitorio individual y en 4 habitaciones dobles, una con cama de matrimonio y el resto con camas individuales, todas ellas con cuarto de baño completo privado decorados con azulejos de la centenaria fábrica granadina Fajarauza.

Además, hay estancias comunes como la cocina totalmente equipada, sala de estar y comedor e instalaciones modernas como los suelos radiantes que refrescan las estancias en verano y dan calor en invierno. La estancia incluye el desayuno y el servicio de limpieza diario pero, además, se pueden concertar servicios locales de cocina, fisioterapia, yoga, meditación etc. El alojamiento es respetuoso con el medioambiente gracias a la energía aerotérmica, a las placas solares y al reciclaje de residuos.

Ya en el exterior, El Cortijo del Pino cuenta con un patio típico andaluz con diferentes zonas acondicionadas como un pabellón de hierro forjado con mobiliario ideal para cenas y un gazebo de madera artesanal muy privado perfecto para tertulias o para disfrutar de algún servicio adicional de fisioterapia.

Por el sur y al oeste del terreno, la amplia terraza con vistas panorámicas a las montañas y al pueblo disfruta de un porche natural a la sombra de un centenario pino halepensis catalogado como árbol singular de Andalucía y que le da nombre al cortijo. Este jardín dispone de una piscina de agua salada más saludable para piel que el cloro con monitor automático de pH.

El Cortijo del Pino se encuentra en lo alto del Valle de Lecrín, a medio camino entre la ciudad de Granada con sus monumentos y las playas de la Costa Tropical. El pequeño municipio de Albuñuelas dicen que posee las ruinas del castillo que mandó construir el mismo emperador árabe que construyó la Alhambra para que sus princesas tuviesen un hospicio por esos valles. Esta ubicación es perfecta para organizar actividades al aire libre y recorrer senderos de almendros y olivos para descubrir bosques y arroyos de esta tierra andaluza.