Como un auténtico oasis en Lanzarote es como se presenta el municipio de Haría, un paisaje único de palmeras y acantilados de gran belleza. Un punto de partida estupendo para conocer la isla de norte a sur.
Aquí se ubica la Finca la Crucita, un alojamiento formado por 8 viviendas independientes con diferentes capacidades para
... un total de 42 personas. Cada casa cuenta con un equipamiento cuidado hasta el mínimo detalle, villa Haría por ejemplo, cuenta con una piscina cubierta, otras con terrazas, jardín, etc.
El conocido como ‘pueblo de las diez mil palmeras’, encierra numerosos atractivos. A las bellas playas de Órzola hay que sumar interesantes parajes como el Mirador del Río, desde donde se divisa la isla de la Graciosa; la Cueva de los Verdes, los acantilados de Famara o el entorno volcánico de la Quemada.
Pero un recorrido por el casco histórico del pueblo también se hace imprescindible, con una visita a la Plaza de León y Castillo, el edificio del Ayuntamiento y su conjunto de casas blancas rodeadas de palmeras u otras muestras de civilización mucho más misteriosas como las Queseras de Bravo, esculpidas en piedra volcánica y de origen incierto.
La cultura aborigen prehispánica convive con un entorno idílico y el paso de otras sociedades dando lugar a características únicas y especiales que se dejan ver en su artesanía, de gran importancia, o en una gastronomía única en España.
Merece la pena probar las papas arrugadas con mojo, el sancocho y los quesos de la zona.
Una vez rastreado el norte de la isla es una buena idea recorrer todo el territorio, para salir de la excepción y trasladarse al paisaje lunar típico de Lanzarote. De paisajes áridos volcánicos.
Esta isla de gran antigüedad está considerada Reserva de la Biosfera por la Unesco. Esta denominación se sustenta gracias a elementos de gran importancia y valor ecológico como el Parque Nacional de Timanfaya o el Parque Natural del Archipiélago Chinijo.
VER MÁS