El hotel TORRE DE VILLADEMOROS, construido aprovechando una típica casona solariega del siglo XVIII, se halla ubicado junto a la torre medieval que le da nombre, justo en el centro de la comarca asturiana de Entrecabos, paisaje protegido que se extiende entre los cabos Vidío y Busto. A oriente y occidente, y a una distancia de apenas diez minutos, se encuentran las pintorescas villas marineras de Cudillero y Luarca y, asimismo, el afamado río salmonero Esva-Canero, cuyas espectaculares hoces, declaradas monumento natural, presentan desniveles que llegan a alcanzar los 400 metros.
En TORRE DE VILLADEMOROS creemos haber logrado una armoniosa convivencia entre la arquitectura tradicional y la exigencia de comodidad, sin merma de lo singular, que demanda el viajero actual. Nuestra propuesta hostelera se basa en que el visitante se sienta en este lugar como en casa. Para ello, los espacios comunes –un amplio y luminoso salón, un espacioso comedor, un porche abierto al campo– han sido concebidos a fin de transmitir una sensación cálida y muy cercana.
El hotel ofrece diez dormitorios (varios de ellos con vistas al mar) equipados con baño, televisor y teléfono. En su diseño hemos optado por el riesgo: se han desechado tanto la austeridad rural como la homogeneidad de los establecimientos urbanos. Cada habitación es, por ello, una pieza única, aunque entre ellas exista un vínculo común: el vuelo estético que aflora hasta en el más ínfimo detalle. De este modo hemos querido trasmitir a nuestros huéspedes que no son meros clientes, sino personas que, al elegirnos, optan también por uno de los más emocionantes riesgos de la vida: la búsqueda de la belleza.
El jardín rodea la casa, y en sus 9.000 metros cuadrados se alternan los árboles de distintas especies (robles, castaños, tilos, cerezos, fresnos, arces, liquidámbar, etc.) con plantas que florecen durante las distintas épocas del año (espinos, agapantos, camelias, hortensias, lirios, lavanda, etc.) y zonas de pradera recortada con islas de pradera manejada a la manera de los prados de siega de la zona y en las que se puede apreciar las flores y espigas de las distintas especies herbáceas. Hacia el norte, tras la torre, la finca limita con campos de siega y sembrados que se prolongan hasta el mar.
El hotel ofrece un servicio de desayunos y de cenas exclusivamente para los huéspedes del hotel.
Un desayuno con productos caseros como mermeladas, bizcocho y galletas de nata, rosquillas de anís o requesón, además de productos salados, aceites, frutas, etc. en un comedor con grandes ventanales abiertos al jardín o en el porche exterior cuando el tiempo lo permite es la mejor manera de comenzar la jornada.
Al final del día ofrecemos a nuestros huéspedes una pequeña carta para cenas ligeras, así como una selección de vinos en la que están representadas muchas de las más importantes zonas productoras de nuestro país.
Los desayunos se sirven entre las 9 y las 12 de la mañana.
En el jardín del hotel se alza la torre que le da nombre, de origen bajo medieval, que recientemente ha sido rehabilitada como suite. Del edificio original únicamente se conservaban en pie los muros exteriores con el remate superior parcialmente derruido. En el interior se ha llevado a cabo una construcción en la que tanto las escaleras como todos los paramentos (techos, suelos y tabiques) se han realizado en madera de castaño, mientras que los muros y huecos originales se han respetado escrupulosamente y se ha mantenido el acabado en piedra vista de mampostería. La cubierta es interior y dispone de varios lucernarios que contribuyen a la luminosidad de las estancias.
La entrada a la torre se encuentra en la primera planta, en la que se ha habilitado un dormitorio auxiliar con dos camas y un aseo con ducha, muy adecuado para un uso familiar de la suite. En la segunda planta se encuentra el dormitorio principal, un amplio espacio que se abre hacia la parte superior permitiendo la entrada de luz desde las cristaleras de la tercera planta, que es la que acoge el salón y una gran bañera construida en mármol, situada bajo un lucernario que la inunda de luz. Desde esta estancia se accede mediante una escalera a la terraza de la azotea, donde se disfruta de una impresionante panorámica de los campos y bosques circundantes y el amplio horizonte de mar entre los cabos de Busto y Vidío.
Todas las estancias de la torre disponen de teléfono, televisión de pantalla plana (en el salón de 37 pulgadas), y acceso a Internet por cable y wi-fi. También el salón dispone de un equipo de sonido hi-fi, lector de DVD y un minibar para bebidas frías, vinos, tes y café.
Las huecos de la torre (entre ventanas, saeteras y matacanes suman 23) no tienen persianas ni cortinas opacas por lo que no es posible oscurecer la habitación durante el día.
VER MÁSEste alojamiento pertenece a las zonas de Occidente de Asturias, Costa de Asturias y Camino de SantiagoTipo de Alojamiento: Hotel Rural