Ainsa (Huesca): Qué ver y dónde dormir

El castillo de Aínsa data del siglo XI y, aunque tuvo dos imponentes recintos amurallados, poco se conserva en la actualidad. Lo que corresponde al patio de armas se usa para eventos, hay murallas reconstruidas de 14 metros de altura y la Torre del Homenaje alberga el Ecomuseo de la Fauna Pirenaica. Su otro monumento principal es la iglesia parroquial de Santa María, una joya de la arquitectura románica aragonesa con una gran torre a la que se puede subir. Pasear por Aínsa significa recorrer sus dos calles principales que parecen haberse parado en el tiempo, con casas de piedra que aprovecharon la muralla y que llevan al corazón de la villa: la plaza Mayor. Tiene una peculiar forma de trapecio, alberga el Ayuntamiento y en los laterales tiene unos bonitos soportales románicos con tiendas y restaurantes.

A las afueras de Aínsa se encuentra La Cruz Cubierta, un pequeño templo circular que guarda una cruz de hierro sobre una carcasa de piedra que esconde una peculiar leyenda. Muy cerca hay un comedero de buitres desde donde disfrutar de las aves rapaces de la zona en el camino que sube al cerro Cotón. También hay pozas a lo largo de los ríos, pero el paraje que más merece la pena visitar es el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara al que pertenece la villa.