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El turismo en A Coruña

turismo rural en A Coruña

Los romanos hallaron en estas tierras el “Fin del mundo conocido”: el Finis Terrae, el punto más occidental del Imperio Romano y de la Vieja Europa. Es precisamente este lugar, Fisterra, el lugar perfecto para iniciar una ruta por la provincia de A Coruña, tierra de costa abrupta, grandes acantilados, playas únicas, bosques frondosos, ciudades empedradas, pueblos marineros con encanto, leyendas, mitos, tradiciones y cultura milenaria.

El cabo de Fisterra es un lugar emblemático no solo para Galicia y España, sino para el resto del continente; no en vano, la UE lo declaró Patrimonio de Europa en el año 2007. Estamos en un lugar escenario de leyendas y ritos ancestrales, que fueron primero paganos y luego fueron adaptados por el cristianismo, y donde se mezclan mitos indoeuropeos, leyendas clásicas, misticismo y creencias religiosas: el finis terrae para los romanos, el auténtico final del camino jacobeo, donde es tradición que el peregrino queme sus ropajes. Pero Fisterra también es el lugar donde la vida y la muerte se abrazan, escenario excepcional del ocaso del Sol y guía, desde tiempos ancestrales, de miles de embarcaciones dirigidas por el faro en su siempre incierta pero obligada travesía por la Costa da Morte, auténtica autopista marítima.

Lo abrupto y recortado del litoral de la costa coruñesa, las tempestades que la azotan en invierno y los naufragios recordados en las rocas con cruces en honor a los ahogados convierten esta zona en un lugar tan sobrecogedor como bello. Desde lo más alto del Monte Facho se puede contemplar una panorámica de las Rías Altas. También destaca por su espectacularidad el Cabo Ortegal, donde se unen el Océano Atlántico y el Mar Cantábrico, donde encontramos espectaculares acantilados.

Toda la costa coruñesa está salpicada de faros que guían a las embarcaciones, playas donde las mariscadoras cultivan almejas, navajas o berberechos, calas perfectas para el turismo tranquilo, percebeiros jugándose la vida en las rocas, lonjas desde donde se distribuyen las capturas del mar a todo el mundo, bares y tascas en los pueblos donde los marineros se relajan… La costa coruñesa es, sin duda, un lugar apasionante repleto de grandes y pequeñas historias que fascinan a cualquiera. Un mundo que puede ser conocido desde dentro gracias a la oferta de turismo marinero que existe en lugares como Cariño, Muros, Lira o Portosín, donde podemos acompañar a los hombres y mujeres que viven del mar para conocer de primera mano su trabajo y las riquezas de esta costa.

No se debe dejar de visitar lugares de gran interés y fama por su valor natural e histórico como las islas Sisargas (Malpica de Bergantiños); el Parque Natural Complejo Dunar de Corrubedo (Riveira); el Castro de Baroña (Porto do Son), el más hermoso escenario de la cultura prerromana en Galicia; o el dolmen de Axeitos, próximo a Corrubedo, una de las mejores muestras megalíticas que se pueden ver en la Península Ibérica.

Pero si apasionante es la costa coruñesa, no menos lo es su interior, también fuente de leyendas, mitos, fábulas… Sin duda, la joya de la corona es el Parque Natural de las Fragas do Eume, donde se halla la única reserva biológica de bosque atlántico que queda en Europa. Un lugar mágico, paraíso de 9.126 hectáreas de un extraordinario valor medioambiental, zona de turismo rural y de senderismo que se extiende por las riberas del río Eume, entre los ayuntamientos de Cabanas, A Capela, Monfero, Pontedeume y As Pontes de García Rodríguez.

Y si las Fragas do Eume son la joya natural de la provincia, Santiago de Compostela es el diamante monumental. Ciudad universal, su casco viejo, Patrimonio de la Humanidad, es uno de los más hermosos que podamos visitar, con la plaza del Obradoiro y la catedral como emblemas de esta ciudad a la que cada año llegan miles de peregrinos de todo el mundo.

La otra gran ciudad, A Coruña, es la capital y mayor urbe de la provincia, ciudad donde nadie es forastero, y que destaca por su conjunto empedrado que contrasta con las casas acristaladas que forman parte de la fachada de esta ciudad que ha sabido armonizar tradición y modernidad, y donde se mantiene fastuosa la Torre de Hércules, el faro más antiguo del mundo.

Una buena forma de despedirse de la provincia es visitando Padrón, pueblo de ilustres escritores como Rosalía de Castro y el Nobel Camilo José Cela, pero también tierra de los pimientos más famosos del mundo, de los que, dicen, “unos pican y otros no”.