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turismo rural en Guipúzcoa

Guipúzcoa es la provincia más pequeña de España, una de las de mayor densidad de población y, también, una de las más bellas. Situada en un punto estratégico y privilegiado como es la esquina Este del Cantábrico, Guipúzcoa no sólo tiene acceso al mar, sino también a Francia a través de la frontera de Irún y a los Pirineos. No es de extrañar, pues, que para los amantes del turismo activo sea un paraíso, ya que el surf, el esquí, el montañismo o el senderismo son actividades al alcance de cualquiera que resida aquí o visite esta provincia.

Los casi 90 kilómetros de costa que tiene esta provincia son un auténtico espectáculo natural de playas –hasta 17 arenales tiene Guipúzcoa entre Saturrarán (Mutriku) y Hondarribia–, montes costeros y acantilados únicos como los del área de de Zumaia y Deba, un tramo de 8 kilómetros de costa declarado biotopo protegido, con una formación geológica peculiar y caprichosa, el 'flysch', con millones de años de historia geológica escritos en sucesivos estratos rocosos que, por la acción continua del mar, han quedado al descubierto.

Aunque Guipúzcoa, por su clima atlántico, no presume del calor y del sol de otras zonas del sur y del Mediterráneo español, cuenta con algunas de las playas más famosas de España, como son la de Zarautz –la más extensa del País Vasco– y la donostiarra de La Concha, la más señorial.

En la costa, en las desembocaduras de los ríos que atraviesan Guipúzcoa, se asientan pueblos de gran personalidad, como Mutriku, Deba, Zumaia, Getaria, Zarautz, Orio y Hondarribia. Una comarca especialmente atractiva es la de la comarca de Debabarrena, en el extremo oeste de la provincia, un lugar perfecto para practicar todo tipo de actividades en entornos cambiantes: senderismo, piragüismo, ciclismo de montaña, rutas a caballo, paintball, surf, buceo, espeleología…

En el otro extremo, en la esquina Este, la comarca transfronteriza de Bidasoa-Txingudi , entre España y Francia, une las provincias de Guipúzcoa, de un lado, y Lapurdi, del otro. Se trata de una comarca llena de encanto donde el mar Cantábrico, los montes y los configuran uno de los más bellos paisajes del País Vasco: la bahía de Bidasoa-Txingudi, rodeada por las poblaciones de Hendaia, Hondarribia e Irún, donde desemboca el río Bidasoa, y abrazada por los montes Larun, Jaizkibel y Peñas de Aya.

En Guipúzcoa existen cuatro parques naturales: Aiako Harria y Pagoeta en los entornos de costa y Aralar, compartido con Navarra, y Aizkorri-Aratz, que con 1.551 metros es el techo de la provincia. En la zona interior destaca por ejemplo la comarca del Goierri, flanqueada por los parques naturales de Aralar y Aizkorri-Aratz, una zona ideal para pasear por diferentes senderos, admirar la imponencia del pico Txindoki y conocer la auténtica vida rural vasca en Goizane, una agroaldea en Zaldibia.

Tampoco hay que dejar de visitar lugares insignes como el célebre Santuario de Arantzazu, la Ermita de la Antigua en Zumárraga, el conjunto monumental de Igartza, los cascos históricos de Segura o Bergara y las esculturas al aire libre de Tolosa, además, por supuesto, de la señorial y bellísima capital de provincia, San Sebastián, una de las ciudades más hermosas de España por su entorno idílico y la belleza de sus calles y edificios.

Por lo demás, la cocina guipuzcoana, como parte de la cocina vasca, es una de las más prestigiosas del mundo; no en vano, cuenta con algunos de los cocineros más internacionales, como Juan María Arzak, Pedro Subijana y Martín Berasategui. Además de los famosos y variadísimos pintxos a tomar en los bares de ciudades y pueblos, hay que probar en los restaurantes guipuzcoanos el bacalao al pil pil, las cocochas, magras de cerdo o las tripotxas, entre una amplísima oferta culinaria. Y para acompañar la comida, bebidas propias como la sidra de la comarca de Donostialdea o el txakoli de Getaria, vino blanco con denominación de origen.