Aguas del Bosque de Taranes

Los alrededores del alojamiento son ideales para las actividades al aire libre y para la práctica de deportes de aventura, para lo cual encontraremos cerca diversas empresas que nos ofrecen una total seguridad. Entre otras actividades, podremos disfrutar de las tirolinas y puentes tibetanos que encontraremos en el desfiladero del Sella, bajar dicho río con canoa, hacer paseos en bicicleta, practicar el rafting, realizar rutas a caballo, practicar el senderismo o hacer espeleología. Estamos junto al Parque Nacional de los Picos de Europa, donde podemos hacer un sinfín de atractivas excursiones que nos permitirán descubrir rincones y parajes de una espectacular belleza.

A tan sólo 30 kilómetros se encuentra la conocida localidad de Cangas de Onís, que no deberíamos dejar de visitar. También deberíamos acercarnos hasta Covadonga, donde podremos admirar su considerable patrimonio, así como acercarnos a ver sus famosos Lagos.
Por otro lado, a menos de una hora en coche tenemos el maravilloso litoral asturiano, con playas tan atractivas como las de Ribadesella o Llanes, lo cual nos permite, si el tiempo acompaña, pasar también algún agradable día junto al mar, disfrutando del baño en sus limpias aguas o incluso practicando algún deporte náutico.

También a menos de una hora en coche se encuentran la capital de la comunidad, la ciudad de Oviedo, y otra atractiva ciudad asturiana, Gijón, que no deberíamos dejar de visitar, ya que ambas no sólo ofrecen al visitante un interesante legado arquitectónico sino también una abundante y variada oferta cultural y de ocio.

Otro parajes muy recomendables situados en las proximidades del alojamiento son el conocido como la Foz de la Escalada o el Bosque de Peloño, en el cual, si es la época adecuada para ello, se puede ser testigo de la peculiar berrea del venado.

También se pueden visitar algunos pueblos vecinos, ya que los hay muy bonitos y con importantes atractivos, como Ventaniella, un pueblo precioso rodeado de bosques, con una bonita capilla y restos de la antigua calzada romana. O como Caño, un pequeño pueblo con un gran encanto, atravesado por el río Güeña, en el que podemos visitar su interesante Centro de Salmónidos.