Casas rurales en Castellón

La provincia de Castellón ofrece la posibilidad de pasar en pocos kilómetros de la costa a la alta montaña, lo que la convierte en una tierra atractiva para el turismo rural que busca compaginar los encantos del mar con la belleza de paisajes montañosos. No en vano, es la segunda provincia más montañosa de España. Desde localidades clásicas del turismo de sol y playa como Peñíscola, Benicàssim, Vinaròs, Benicarló u Oropesa del Mar, hasta los encantos y monumentalidad de pueblos de interior como Morella o Segorbe, el turista encuentra aquí múltiples alternativas para disfrutar de unos días de vacaciones.

En la costa, Peñíscola se coloca como el principal foco turístico en la provincia de Castellón. No en vano, es el tercer destino favorito de las personas que visitan la Comunidad Valenciana. La localidad está dominada por el Castillo Palacio de Peñíscola, también conocido como Castillo del Papa Luna, una fortaleza templaria levantada a finales del siglo XIII y principios del XIV sobre un peñón, a 64 metros sobre el nivel del mar. Benedicto XIII lo convirtió en palacio papal y ahí murió en el año 1423. Su sucesor, Clemente VIII, también usó el castillo como basílica pontificia.

El casco antiguo de Peñíscola está además rodeado por las antiguas murallas que ordenó construir Felipe II entre 1576 y 1578. Y en esta localidad también se pueden admirar monumentos como la iglesia parroquial de Santa María o la ermita de la Virgen de la Ermitana, además de parajes naturales como el marjal de Peñíscola y el Parque Natural de la Sierra de Irta, que abarca las localidades de Alcalá de Chivert, Pêñíscola y Santa Magdalena de Pulpis, donde sorprenden los espectaculares acantilados, calas, cornisas y arrecifes marinos que se extienden a lo largo de 12 kilómetros de costa. En el parque se encuentran también importantes joyas patrimoniales como los castillos de Alcalá de Chivert y Santa Magdalena de Pulpis, o los restos de un poblado íbero del siglo VII antes de Cristo.

El humedal del Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca también conserva auténticos tesoros medioambientales, como también otro humedal como es el Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares, que comprende los términos municipales de Almassora y Burriana.

Otro espacio natural protegido por su enorme valor es el Parque Natural y Reserva Marina de las Islas Columbretes, formada por una serie de islotes volcánicos y lugar frecuentado por los submarinistas.

En el interior de Castellón también encontramos pueblos y parajes naturales de gran valor. La provincia tiene una red de senderos de más de mil kilómetros y cuenta con espacios tan emblemáticos como el Parque Natural de Tinença de Benifassà, ideal para el turismo activo, o el Pico de Penyagolosa, techo de la provincia con sus 1.813 metros, declarado parque natural.

Entre los pueblos de interior destacan, entre otros, Morella, en la comarca norteña de Els Ports, una localidad que conserva importantísimas joyas monumentales como sus murallas monumentales, su castillo de origen árabe y reformas cristianas que domina la población, el edificio gótico del Ayuntamiento, las numerosas casas solariegas, el acueducto de Santa Lucía, la Iglesia Arciprestal de Santa María la Mayor, considerada la más bella iglesia gótica de la Comunidad Valenciana, o el Convento de San Francisco, entre otros monumentos.

En Sant Mateu, capital histórica del Maestrazgo, podemos recorrer su conjunto histórico artístico medieval, declarado Bien de Interés Cultural. Además, en esta comarca podemos también disfrutar del turismo de salud visitando el balneario de l’Avellà, en Catí, y el balneario de la Font en Segure, en Benassal. También destacan por su historia y patrimonio localidades como Vilafamés, Vila-real, Onda, Viver, Jérica, Altura…