Casas rurales en La Churrería

Valladolid. Cada uno de estos municipios consta de diferentes localidades.

En esta comarca podremos visitar bellos espacios protegidos como el conocido como El Espadañal, un importante humedal , junto a una extensión de pinos y a orillas del río Cerquilla. Se ubica a 6 km. del municipio de Cuéllar, y tiene un gran interés ecológico, sobre todo por el gran número de aves acuáticas que tienen en el lugar su hábitat natural. También tiene mucha abundancia de otras especies como anfibios o cangrejos.

Cerca de este lugar encontraremos otro paraje de similares características, la Laguna de los Chotos, que se ubica en la conocida Cañada de la Reina, un paso de transhumancia para el ganado.

Uno de los municipios que conforman esta comarca es Olombrada, que está compuesto también por las localidades de Moraleja de Cuéllar y Vegafría. En esta última pedanía de Vegafría se pueden visitar sus prestigiosas bodegas, así como su Iglesia de Santa María de la Magdalena, un bello edificio que se empezó a construir con estilo gótico pero que fue terminada con elementos mudéjares. Además, en sus alrededores encontraremos la llamada Charca de Vegafría, cuya agua procede de diversos manantiales de bajo tierra, con una gran riqueza tanto de especies vegetales como de aves acuáticas.

El municipio de Adrados, integrado también dentro de la comarca de La Churrería, es otro punto muy aconsejable de visitar. A pesar de ser un pueblo pequeño, cuyos habitantes no llegan a los 200, dispone de un patrimonio más que considerable. En él podemos visitar su Iglesia Parroquial, consagrada a la Natividad de Nuestra Señora, así como sus ermitas de San Roque y la de San Benito, ambas en las afueras del pueblo, aunque esta última se encuentra en estado ruinoso. En esta localidad no debemos dejar de acercarnos hasta el lugar conocido como La Nava, un importante humedal que, si vamos en invierno, podremos ver congelado. También es curioso una visita a los antiguos lavaderos, en los que solían reunirse las mujeres para hacer la colada mientras se contaban sus cosas.