Casas rurales en Girona

Muy pocas provincias en España pueden presumir de ser a la vez costeras y tierras de alta montaña. Girona es una de ellas. Al Este, el Mediterráneo; al Sur y al Oeste, Barcelona y Lleida, y al Norte, Andorra y los Pirineos que nos separan de Francia.

Girona es la provincia de mayores contrastes de Cataluña. Es conocida mundialmente por su Costa Brava, una franja de más de 200 kilómetros que se extiende desde la desembocadura del río La Tordera en Blanes –localidad conocida también como el “Portal de la Costa Brava”– hasta la frontera con Francia en Portbou. Esta zona no es sólo muy valiosa desde el punto de vista turístico, sino que además tiene también un enorme valor ecológico. No en vano, más del 30% del total de la superficie de Girona está protegida debido a su interés natural.

El paisaje natural de la Costa Brava es todo un regalo para los sentidos. Aquí existen dos Parques Naturales: el de Cabo de Creus y el de las Marismas del Ampurdán. El primero es el punto más oriental de la Península Ibérica, donde se encuentra su mítico faro. El de las Marismas del Ampurdán es la zona húmeda más importante de Cataluña después del Delta del Ebro, en la provincia de Tarragona.

Otros lugares protegidos en la Costa Brava son las islas Medas, pequeño archipiélago a casi un kilómetro de Estartit, en la playa de Torroella de Montgrí, que se constituye en una importante reserva marina y un espacio especialmente atractivo para los aficionados al buceo. Otra importante reserva marina es la de Ses Negres, situada en la comarca del Bajo Ampurdán, en Begur, a unas cinco millas de las Medas.

Además, son famosas también las playas, calas y pueblos de la costa gerundense, plagados de turistas no sólo españoles, sino también del extranjero, principalmente europeos. Así, destacan playas como las de Lloret de Mar, Tamariu en Palafrugell, Cala Cristos-Cala Gogo de Calonge, La Fosca de Palamós o Mar Menuda en Tossa de Mar, además de zonas como la que conforman Castillo de Aro, Playa de Aro y S'Agaró, o la de Cadaqués, fuente de inspiración para artistas como Dalí, y donde se encuentra la Casa Museo dedicada al genial pintor catalán.

En su zona interior Girona también tiene grandes atractivos. Los amantes del montañismo y de los deportes de invierno disponen de una gran oferta en la zona pirenaica, donde existen estaciones de esquí como las de La Molina, Masella, Valter 2000, Vall de Nuria o Guils i Fontanera. A las puertas de los gigantescos macizos pirenaicos se encuentra el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, uno de los mejores ejemplos de paisaje volcánico de Europa, un espacio donde se ubica el municipio de Olot. En esta zona destacan los volcanes de Santa Margarita, Croscat y el Montsacopa, además del hayedo de Jordà. En el parque también se encuentra la localidad de Besalú, que conserva el mejor conjunto medieval conservado en Cataluña.

También se recomienda visitar el municipio de Banyoles, donde se encuentra el lago natural más grande de España, además de los dos municipios más poblados de la provincia: Girona y Figueras. En la capital existen diversos espacios interesantes, pero destaca su casco histórico, donde se encuentra uno de los barrios judíos mejor conservados en España y la catedral de la ciudad, la más ancha del mundo dentro del estilo gótico. En Figueras se puede visitar, entre otros lugares, el Teatro-Museo Dalí y el Museo del Juguete de Cataluña.

En cuanto a la gastronomía de Girona, conjuga perfectamente los productos del mar y de la montaña, Excelentes mariscos y pescados se combinan con productos de la huerta gerundense y sabrosas carnes de la ganadería bovina y diversos embutidos derivados del cerdo como el fuet o la butifarra.