Casas rurales en Lleida

Lleida es la única provincia interior de Cataluña y la menos poblada. Un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza, del turismo rural y activo, y de los deportes de aventura.

La provincia de Lleida es uno de los principales destinos en España del turismo de montaña, esquí y aventura. Al Norte, en la zona pirenaica, se encuentra con Francia y Andorra. Es aquí, en el Pirineo leridano, donde se encuentra el único Parque Nacional de Cataluña, el de Aigüestortes y Lago de San Mauricio, una zona salpicada por cerca de 200 lagos de alta montaña que se reparte por las comarcas pirenaicas de la Alta Ribagorza, el Pallars Sobirà, el Pallars Jussà y el Valle de Arán.

Precisamente el Valle de Arán –con lengua propia, el aranés– está considerado uno de los parajes más bonitos y encantadores no sólo de Cataluña, sino de toda la Península Ibérica, y aquí se encuentra una de las estaciones de esquí más famosas de España: Baqueira-Beret.

El Pirineo leridano abarca las comarcas de la Alta Ribagorça, el Alt Urgell, la Cerdanya, el Pallars Sobirà, el Pallars Jussà, el Solsonès y la Val d’Aran. En la zona pirenaica se encuentran también los parques naturales del Cadí-Moixeró y del Alt Pirineu. El primero es el espacio protegido catalán con el mayor número de hábitats y especies de flora y fauna de interés, mientras que el Alt Pirineu es el parque natural más grande de Cataluña.

Aquí, entre montañas y valles, existen excelentes muestras del patrimonio histórico y monumental de Lleida, destacando el conjunto de templos románicos de Vall de Boí, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Aquí también se encuentra el mayor balneario de España, con 37 manantiales de aguas mineromedicinales de diferentes composiciones y temperaturas entre los 4 ºC y los 56 ºC.

Ya alejados de la zona montañosa, nos encontramos en las Tierras de Lleida, comprendidas por las comarcas de Garrigues, la Noguera, el Pla d’Urgell, la Segarra, el Segrià y el Urgel. Comarcas repletas de rutas, entre las que destacan la de los Castillos del Sió, la Ruta del Vino, la Ruta del Cister o el Tren de los Lagos (ferrocarril turístico que une la capital leridana con el Pre-Pirineo).

Lleida capital es una buena muestra de cómo una ciudad puede conservar su patrimonio histórico y natural, y armonizarlos con el desarrollo de una ciudad moderna, comercial y cultural. Es cuna de uno de los más importantes compositores españoles, Enrique Granados, y conserva un bonito conjunto arquitectónico modernista en el que destacan el teatro Municipal del Escorxador, Casa Melcior, Casa Magí Llorens, Casa Bergós, Casa Xamar, Casa Baró...

Pero sin duda lo que más sobresale en la ciudad es el conjunto monumental de La Seu Vella (catedral vieja) y Castillo del Rey-Suda, ambos protegidos por un mismo recinto amurallado en un cerro desde el que se obtienen unas magníficas vistas de la ciudad y de la comarca del Segrià.

Otros monumentos destacados son la Catedral Nueva, el Palacio de la Paeria y el Castillo de Gardeny, que forma parte de la ruta templaria Domus Templi junto con los de Miravet, Monzón, Peñíscola y Tortosa.

En cuanto a la cocina tradicional leridana, cuenta con productos autóctonos que la distinguen, como el aceite de DO de las Garrigues, el vino de la DO Costers del Segrel o las verduras de la huerta de la Plana, la fruta dulce, el queso y la mantequilla del Cadí. Entre los platos más típicos están los caracoles a la cazuela, a la llauna o a la brutesca, así la cassola de tros de Juneda, la cabeza y patas de cordero con girella…