El valle de Chistau o valle de Gistaín se encuentra al norte de Huesca, dentro de la comarca de Sobrarbe. Ocupa la parte alta del río Cinqueta y linda con el Francia, pero lo más impresionante es que está rodeado por cumbres de entre 2 mil y 3 mil metros entre las que se encuentra la Tuca Llardana, el segundo pico más alto del Pirineo.
Por sus praderas pasta el ganado y abundan los senderistas, pues sus numerosas rutas dejan ver parajes tan impresionantes como los que forman sus muchos ibones o lagos de origen glaciar. Además, acoge bonitos pueblos que mantienen la arquitectura tradicional de la zona.
A continuación, te mostramos los mejores lugares que ver en el valle de Gistaín y las excursiones y actividades que hacer en el valle de Chistau. Si estás pensando en hacer turismo por el valle de Chistau, no dudes en consultar las casas rurales en el valle de Gistaín que tenemos disponibles para moverte por la zona con comodidad.
Qué ver en el Valle de Chistau
Gistaín
Gistaín/Chistén, el pueblo con el que comparte nombre el valle, también es conocido como ‘el pueblo de las tres torres’ por conservar los torreones defensivos de la iglesia de San Vicente Mártir, de la casa El Tardan y de la ermita de San Fabián.
Además de ese patrimonio sumando a una fuente con inscripciones medievales, posee un atractivo entorno natural diferentes a sus vecinos al no ser atravesado por el río Cinqueta.
Plan
Esta villa pirenaica se asienta donde el valle se ensancha, en las inmediaciones del Parque Natural Posets-Maladeta. Como curiosidad, en este pueblo todavía se puede oír hablar chistabín, un dialecto de la legua romance aragonés.
Entre sus localidades se reparten imponentes edificios de piedra labrada, una torre defensiva y la iglesia parroquial de San Esteban, de estilo románico. También posee el yacimiento de Los Conventos próximo a una necrópolis.
San Juan de Plan
La cabecera del valle de Gistaín destaca por su entorno natural, ya que su término municipal forma parte del Parque Natural Posets-Maladeta con su centro de interpretación y posee el monumento natural de los Glaciares Pirenaicos.
La población está enteramente construida en la pendiente del valle y allí se organiza su núcleo urbano en el que se pueden ver la iglesia se San Juan Bautista, el puente de los Pecadores, la ermita de San Mamés, el museo etnográfico.
Tella-Sin
Tella y sus más de 1300 metros de altitud es uno de los accesos naturales al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, por eso tiene su centro de interpretación en la casa del Molino y en la casa de la Maestra.
Otras de las cosas que ver Tella es el dolmen megalítico situado antes de la entrada al pueblo, la Casa de la Bruja y de las Hierbas Medicinales, el Museo del Oso Cavernario y sus templos que forman la Ruta de las ermitas de Tella con la ermita de Fajanillas, de la Peña y de San Juan y Pablo.
Rutas de Senderismo en el Valle de Chistau
La mejor manera de conocer el valle de Chistau es recorriéndolo a pie, caminando por sus senderos hasta sus parajes más icónicos. Para ellos, te recomendamos estas rutas de senderismo que hacer en el valle de Gistaín:
Ibón de Plan o Basa la Mora
Esta sencilla ruta del Pirineo aragonés tiene 5 kilómetros que se recorren en una hora, una de las mejores excursiones para ver un espectacular ibón comenzando a caminar desde el refugio de Lavasar.
Para llegar al ibón de Plan, solo hay que caminar unos 20 minutos por un terreno llano desde el punto de inicio. Una vez allí, además de fotos, se puede hacer un picnic o dar un paseo por su contorno. La vuelta se hace por el mismo camino.
Canal del Cinca de Bielsa a Tella
Los bonitos pueblos de Bielsa y de Tella están unidos por el canal del Cinca, una obra faraónica por la que se transportaba agua del pantano de Pineta hasta la central hidroeléctrica de Lafortunada. El paisaje que lo rodea y su sencillez han hecho que sea uno de los senderos más bonitos del valle de Chistau.
Comienza en Bielsa, junto al aparcamiento y al polideportivo, y hay que caminar por el sendero hasta llegar al PR-HU-137. Siguiendo por el ramal de la izquierda por el pinar se llega al canal hormigonado por el GR-19 hasta poder seguir las marcas blancas y amarillas. Después solo hay que seguir hasta Tella y, claro, volver por el mismo camino.
Ruta Chorros de Fornos en Badaín
Badaín es un pequeño y tranquilo pueblo dependiente de Tella-Sin en el que se puede recorrer una sencilla ruta que deja ver un manantial en la garganta formada por el río Irués.
En el centro del pueblo ya hay indicaciones claras para seguir la ruta que sale de las calles para adentrarse en la naturaleza del entorno. Al principio, la senda es de subida, pero el esfuerzo dura poco. Hay que cruzar el puente sobre el río justo antes de llegar a las Fuentes de Fornos, donde el agua cae con fuerza. Más adelante está el Chorro de Fornos y vuelta a Badaín.
Las bordas de Viadós
Dentro del Parque Natural de Posets-Maladeta, hay un curioso refugio a 1700 metros de altitud al que se puede llegar en coche. Allí comienza una ruta para conocer las peculiares bordas que se forman en el valle de Chistau (y muchas otras).
Simplemente dando un paseo desde el refugio se ven las bordas que no son más que cabañas que se dedican o dedicaban a alojar a los pastores con su ganado. Lo bonito es el paisaje, pero se puede hacer una ruta larga subiendo al refugio a pie desde las afueras de San Juan de Plan (9 kilómetros).
El Ibón del Sén
El Pirineo aragonés tiene infinidad de ibones, uno de ellos es el ibón de Sen que se puede conocer haciendo la ruta que parte muy cerca de San Juan de Plan, poco más de 7 kilómetros (ida y vuelta) con una subida casi constante.
Desde el puente de los Pecadores hay que seguir las indicaciones. El camino es casi siempre en subida con pocas zonas llanas en las que descansar. Eso sí, el esfuerzo merece la pena cuando se llega al ibón de Sen y se puede disfrutar de las vistas (y del bocadillo). La vuelta se realiza por la misma senda.