Briviesca (Burgos): Qué ver y dónde dormir

Descubre qué visitar y qué hacer en Briviesca

Capital de la comarca de La Bureba y a solo 45 kilómetros el noreste de la ciudad de Burgos, Briviesca es uno de los pueblos más importantes de la provincia. Su ubicación, en el cruce de calzadas romanas y lugar de paso del Camino de Santiago, ha hecho que sea parada de quienes van desde la Meseta Central hacia la costa cantábrica y viceversa. Hay mucho que ver en Briviesca gracias a su patrimonio recuperado.

El centro neurálgico del pueblo es la plaza Mayor, lugar con el mejor ambiente y que alberga el Ayuntamiento en el palacio de los Soto Guzmán y la iglesia de San Martín, un templo gótico con varios sepulcros y un llamativo retablo mayor barroco del siglo XVII. Aprovechando esta ubicación y antes de adentrarse por completo en el casco urbano, se puede visitar el mirador de los Pinos con las mejores vistas de Briviesca. Ya recorriendo las calles medievales, concretamente la calle de Medina, se pueden contemplar la casona de los Martínez de España-Ordoño Rosales y el palacio de los Torre.

Sin embargo, el principal monumento que ver en Briviesca es el convento de Santa Clara fundado por Mencía de Velasco en 1517. Este conjunto renacentista lo conforman el monasterio, la iglesia, el hospital y la casa solariega.

Otras cosas que ver en Briviesca son el parque de la Florida paralelo al río Oca y la iglesia de Santa María, la primera colegiata de la diócesis de Burgos. Este templo barroco con capillas renacentistas tiene un importante retablo con, nada más y nada menos que, once mil vírgenes talladas en madera de nogal con policromar.

Ya fuera del núcleo urbano de Briviesca, a unos doce kilómetros, se encuentra el importante santuario de Santa Casilda. Esta santa era hija de un rey moro de Toledo que se convirtió al cristianismo y se retiró en estos parajes. En su honor se edificó este templo en el siglo XI, aunque el edificio actual data del siglo XVI. El paraje en el que se encuentra es espectacular y está compuesto por el santuario barroco, el camarín, otras dependencias, la cueva de San Vicente y una hospedería con restaurante.

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